La desesperada búsqueda de Dónovan
Hace ocho meses que Dónovan Párraga se marchó de su casa, en la urbanización La Beltraneja de Trijueque (Guadalajara). Las últimas palabras que cruzó con Gloria, su madre, fueron sobre la clase de yudo a la que se encaminaba. Cerró la puerta vestido con un pantalón vaquero azul y un jersey blanco a juego con las zapatillas. Aquel 27 de febrero tenía 12 años, en agosto cumplió 13, pero ni sus padres ni sus amigos pudieron felicitarle ese día. Nadie sabe dónde fue aquella tarde de invierno en la que nunca llegó a ponerse el yudogi.