Añadir años a la vida..., pero también añadir vida a los años. Y eso a menudo cuesta dinero. Los casi siete millones de españoles con 65 o más años, pensionistas la mayoría, se han convertido en el objetivo de un sector económico emergente: los productos para mayores.
CH. NOGUEIRA | Madrid
Una revolución está en marcha. Es silenciosa y peina canas. Los protagonistas pugnan contra su imagen tradicional, más asociada al desvalimiento que a la actividad. Son los mayores. Reivindican la dignidad de una vejez crecientemente activa y una mayor influencia sobre las decisiones que les afectan.
El canciller socialdemócrata alemán, Gerhard Schröder, incurrió esta semana en un error de apreciación política: creer que la concesión de 200 millones de euros a los clubes de fútbol, que corren peligro de dejar de percibir del grupo multimedia Kirch millonarios pagos por la transmisión de sus partidos, sería ovacionada por sus electores.