El coche bomba, con 30 kilos de dinamita, alcanzó a un autobús municipal e hirió a 64 personas
El magistrado José Francisco Querol Lombardero, de 69 años y general de la Armada, era un hombre de costumbres. Ayer, como cada mañana, se despidió de Pepita, ahora su viuda, con la que tuvo cuatro hijos, y bajó en el ascensor de su casa, el piso 12º B del número 65 de la calle de Torrelaguna, en Madrid, a las nueve de la mañana.
Al menos 64 personas, una de ellas en estado muy grave, sufrieron ayer heridas causadas por la onda expansiva del coche bomba que los terroristas hicieron estallar en la confluencia de la Avenida de Badajoz con la calle de Torrelaguna. El conductor del autobús de la EMT Jesús Sánchez Martínez sufrió los daños más graves. Los facultativos del hospital Ramón y Cajal calificaban anoche su situación de "muy grave". Los médicos le tuvieron que extraer parte del lóbulo frontal izquierdo. Sánchez Martínez quedó ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos de Neurocirugía.
Paros a mediodía en el trabajo y la universidad