Ir al contenido

Los aeropuertos de EE UU tardarán varios meses en recuperarse por el cierre del Gobierno

Aunque el Congreso se acerca a la aprobación de un acuerdo para reabrir la Administración federal, las autoridades advierten de que los vuelos podrían limitarse a “un goteo” antes del Día de Acción de Gracias

La crisis en los principales aeropuertos de Estados Unidos, desatada por las restricciones impuestas al tráfico aéreo como consecuencia del cierre del Gobierno, empeorará antes de que empiece a mejorar. Aunque el Congreso se acerca a la aprobación de un acuerdo para reabrir la Administración federal, las autoridades advierten de que los vuelos podrían limitarse a “un goteo” antes de la llegada de la temporada de Acción de Gracias, a finales de mes, una de las épocas más concurridas para viajar.

La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) emitió una orden de emergencia el viernes pasado para reducir progresivamente el número de vuelos en 40 de los principales aeropuertos del país. Los recortes comenzaron con un 4%, subieron a un 6% este martes y aumentarán hasta un 10% el próximo viernes, como una medida proactiva para garantizar la seguridad de los viajeros ante “la presión que sufre el sistema” por las reducciones de personal en las instalaciones de control de tráfico aéreo, que ya han alcanzado “niveles críticos”, debido al cierre gubernamental.

El secretario de Transporte, Sean Duffy, ha advertido que los recortes de vuelos podrían llegar al 15% o incluso más. La orden indica que las aerolíneas deben cancelar los vuelos siete días antes de la fecha de viaje. La orden no exige una reducción de los vuelos internacionales.

Desde que se anunciaron las restricciones el viernes pasado, muchos de los principales aeropuertos del país han sido escenas de caos. Colas inmensas para facturar y pasar por el control de seguridad, vuelos retrasados por varias horas, cientos de cancelaciones... Solo el lunes se registraron 2.422 cancelaciones de vuelos y 9.640 retrasos en todo el país, según el sitio especializado FlightAware. Para el martes por la tarde, las cancelaciones ya superaban las 1.200 y los retrasos alcanzaban los 3.000. El aeropuerto con más cancelaciones el lunes fue Chicago O’Hare (donde hubo una tormenta invernal), con más de 300. Este martes, el primer lugar lo ocupaba LaGuardia, en Nueva York. Como referencia, el año pasado el promedio diario fue de 340 vuelos cancelados en todo el país.

Los controladores de tráfico aéreo en EE UU, empleados de la agencia federal FAA, están trabajando sin recibir salario desde el 1 de octubre, cuando inició el cierre del Gobierno, que ya es el más largo de la historia del país. Se estima que hay unos 14.000 controladores en todo el país. Según la FAA, entre el 20% y el 40% de ellos en los 30 aeropuertos más grandes han faltado al trabajo en algún momento durante el cierre. Algunos han comenzado a ausentarse alegando estrés o la necesidad de buscar otros empleos.

A pesar de señales de avance legislativo, el panorama sigue siendo incierto. El Senado aprobó el lunes por la noche una medida de financiación para reabrir el Gobierno, que ahora debe ser ratificada por la Cámara de Representantes y posteriormente firmada por el presidente Donald Trump. Se espera que el acuerdo se vote en la Cámara tan pronto como el miércoles, lo que permitiría restablecer servicios críticos como la asistencia alimentaria de millones de personas y el pago de salarios a empleados federales.

En declaraciones a la prensa el domingo, Duffy señaló que la situación “solo va a empeorar” en el tiempo que continúe el cierre gubernamental. “Las dos semanas previas al Día de Acción de Gracias, verás cómo los viajes aéreos se reducen a un goteo”, dijo el secretario.

Sin embargo, incluso cuando se reabra la Administración, los recortes de vuelos permanecerán vigentes hasta que los niveles de personal en las torres de control se estabilicen, según el funcionario.

Esta escasez de personal no es nueva, pero ahora se agrava por el estancamiento político. Convertirse en controlador aéreo en EE UU requiere graduarse de la Academia de la FAA y acumular entre uno y tres años de experiencia laboral antes de convertirse en profesionales certificados. Según la agencia, el salario promedio supera los $160.000 anuales al tercer año de experiencia. Los controladores trabajan a tiempo completo, y con frecuencia horas extras, en instalaciones que operan de manera ininterrumpida y requieren turnos de fines de semana y días festivos. Actualmente, se calcula un déficit de más de 3.000 controladores. A comienzos de año, el Gobierno intentó retener personal ofreciendo bonificaciones a quienes estaban cerca de jubilarse.

Los empleados federales afectados por el cierre del Gobierno reciben pagos retroactivos una vez se aprueba el presupuesto, pero aun así, la Asociación Nacional de Controladores de Tránsito Aéreo (NATCA, por sus siglas en inglés) señaló que tras el cierre de 2019, el segundo más largo después del actual, los pagos retroactivos tardaron hasta dos meses. Esta vez, además, el número de retiros diarios de controladores aéreos ha aumentado de un promedio de cuatro a más de 20 desde que comenzó el cierre, según dijo el secretario Duffy a la CNN.

Por su parte, el presidente Trump arremetió contra los controladores aéreos el lunes en una publicación en su red social Truth, exigiendo que regresaran de inmediato al trabajo, amenazando con reducir su salario, y diciendo que recomendaría un bono de 10.000 dólares por persona a quienes no tomaron tiempo libre durante el cierre.

Sobre la firma

Más información

Archivado En