López Obrador utiliza el aniversario de la Revolución para defender a las Fuerzas Armadas
El Secretario de la Defensa descarta que el Ejército tenga “aspiraciones políticas” y defiende su nuevo papel en el sexenio como freno a la corrupción y el dispendio
“Viva México”, grita una y otra vez hasta la afonía una mujer acompañada de su hijo en la Avenida Reforma al ver pasar a los uniformados y a los revolucionarios de guarache y poncho sobre el asfalto. “Aprende uno a no dejase pisar por la gente con poder y que el pueblo unido es capaz de todo”, dice emocionada Natividad Hernández, de 48 años, que disfruta como una niña el evento. Así, de repente, también suelta: “la revolución nos hizo libres”, parafraseando la frase de su iglesia.
A 3.500 metros de ahí, en el Zócalo de la capital, el presidente López Obrador decía cosas parecidas: “La C...
“Viva México”, grita una y otra vez hasta la afonía una mujer acompañada de su hijo en la Avenida Reforma al ver pasar a los uniformados y a los revolucionarios de guarache y poncho sobre el asfalto. “Aprende uno a no dejase pisar por la gente con poder y que el pueblo unido es capaz de todo”, dice emocionada Natividad Hernández, de 48 años, que disfruta como una niña el evento. Así, de repente, también suelta: “la revolución nos hizo libres”, parafraseando la frase de su iglesia.
A 3.500 metros de ahí, en el Zócalo de la capital, el presidente López Obrador decía cosas parecidas: “La Cuarta Transformación que estamos haciendo es desde abajo, no sólo se está haciendo justicia, sino el ideal democrático con el que inició la revolución maderista de 1910″.
Ambos, Hernández y López Obrador, Natividad y Andrés Manuel, celebraron este sábado 111 años de la Revolución mexicana. El festejo que comenzó a celebrarse en 1936 como un homenaje de Lázaro Cárdenas a la gesta a la que se sumó con 19 años en Agua Prieta y en la llegó a General, se convirtió este sábado de 2021 en un gran desfile que recorrió la principal arteria del país. El montaje fue un inmenso despliegue de mexicanidad vestida de música, trajes revolucionarios, adelitas, caballos y hasta una réplica del barco Ypiranga. Un 16 de septiembre reloaded con la participaron de casi 4.000 militares, 2.500 actores, más de 300 niños, 2.000 caballos, 71 vehículos y 15 aeronaves.
En el discurso previo, López Obrador defendió las conquistas revolucionarias “como el derecho a la tierra, la jornada de ocho horas, el salario mínimo o el rescate petrolero”. Fue su principal referencia al pasado, el resto estuvo enfocado en el presente y las virtudes de su gobierno. “Se respeta la Constitución, hay legalidad y democracia, se garantizan las libertades y el derecho a disentir, hay transparencia plena y derecho a la información, no se censura a nadie, no se violan los derechos humanos, el Gobierno no reprime al pueblo y no se realizan fraudes electorales. El poder público ya no representa, como antes, a una minoría”, dijo desde la tribuna. López Obrador, aprovechó el contexto militar del evento para responder a quienes critican el nuevo papel adquirido por el Ejército en su gobierno. Las Fuerzas Armadas se han convertido en el principal actor económico del sexenio, beneficiado presupuestariamente y encargado de las principales obras públicas del país. “Los integrantes de las Fuerzas Armadas son leales a la Constitución y a las instituciones, no han pertenecido ni van a pertenecer, estoy seguro, a la oligarquía. Nunca traicionarán a su gente”, dijo en la plancha capitalina.
En la misma dirección, el Secretario de la defensa, el general Luis Cresencio Sandoval, defendió que “Las Fuerzas Armadas no tienen aspiraciones políticas” y dejó entrever su buena comprensión del momento político que vive el país. “Estamos presentes donde podemos contribuir en las acciones que se realizan para evitar la corrupción y el dispendio de recursos, estamos presentes donde se nos requiera para apoyar el progreso y bienestar”.
Escuchando las palabras del militar estaban los secretarios de Relaciones Exteriores, Educación, de Seguridad, Gobernación y Cultura. Y junto a ellos, representantes del resto de poderes del Estado como Arturo Zaldívar, presidente de la Suprema Corte de Justicia, la presidenta del Senado, Olga Sánchez Cordero y la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
Al terminar los discursos la gran performance revolucionaria se trasladó al resto de la ciudad. A la altura del edificio de la Bolsa de Valores, Natividad Hernández disfrutaba como una cabalgata adelantada el desfile de tantos hombres con bigote y mujeres de largas faltas caminando y gritando “viva la Revolución”. Extrañamente, los coloridos carromatos intercambiaba figuras de Villa y Zapata con la defensa del jaguar en Campeche, pero cuando aparecieron los caballos, volvió a emocionarse recordando su rancho del Estado de México: “Antes los pobres tenían caballos y los ricos tenían coche. Ahora los pobres tienen coche y los ricos caballos”. Salvo por la gorra y el celular sin datos en el cinturón parecía una actriz infiltrada para contagiar emoción revolucionaria al público.
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