Morena se disputa liderar la sucesión de López Obrador
El partido del presidente elige a la cúpula directiva que liderará la formación durante las elecciones intermedias y será clave en la elección del sucesor del mandatario
Desde este martes, dos corrientes, una moderada y otra más radical, se diputan el rumbo que tomará el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), con el que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, llegó al poder. 105 nombres se inscribieron en la elección de la nueva cúpula pero apenas cinco -Mario Delgado, Porfirio Muñoz Ledo, Yeidckol Polevnsky, Gibrán Ramírez y Alejandro Rojas- tienen alguna opción. El ganador tendrá en su mano la elección de los m...
Desde este martes, dos corrientes, una moderada y otra más radical, se diputan el rumbo que tomará el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), con el que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, llegó al poder. 105 nombres se inscribieron en la elección de la nueva cúpula pero apenas cinco -Mario Delgado, Porfirio Muñoz Ledo, Yeidckol Polevnsky, Gibrán Ramírez y Alejandro Rojas- tienen alguna opción. El ganador tendrá en su mano la elección de los miles de candidatos que se presentan a las elecciones de 2021 y colocará el primer peldaño en la sucesión del actual mandatario, que dejará el cargo en 2024.
A pesar de la importancia del nombramiento, las peleas internas pintan un complicado intercambio de golpes en la forma y el fondo. A lo largo de la semana, los candidatos fueron pasando por la sede del Instituto Nacional Electoral (INE) para formalizar su inscripción a la dirección de Morena. Los halcones, las palomas, los pragmáticos, los renovadores, los que se inspiran en las redes bolivarianas o los que miran a la socialdemocracia europea se fotografiaron a las puertas del Instituto en lo que fue la puesta de largo de todas las familias que forman Morena, uno de los partidos más grandes del continente.
Los candidatos se tomaron la foto frente al INE, un árbitro creado para vigilar las elecciones nacionales y estatales, que ha tenido que entrar a supervisar la elección interna del partido ante su imposibilidad de gestionar la crisis.
La paradoja en el partido oficial es que las más altas cotas de poder, influencia y popularidad jamás logradas por la izquierda en México- que en 2018 logró 30 de los 55 millones de votos emitidos- han sumido a la formación de López Obrador en su mayor descomposición desde que llegó al poder. Tampoco los aspirantes saldrán de unas elecciones sino de encuestas que comenzarán la semana que viene, por temor a que la votación terminara a golpes.
Entre los nombres que aspiran a la dirigencia, los que más posibilidades tienen son Mario Delgado, Porfirio Muñoz Ledo, Yeidckol Polevnsky, Gibrán Ramírez o Alejandro Rojas. Las últimas encuestas realizadas dan la victoria de Mario Delgado pero la irrupción del veterano Muñoz Ledo, de 87 años, solo unos días antes del cierre de candidaturas, ha alterado el tablero y equilibra el pulso que mantienen las dos principales corrientes.
La nueva dirigencia tendrá el reto de convertir el etéreo “movimiento” que acompañó a López Obrador a la victoria en un partido que consolide en la calle lo logrado en las instituciones. El propio López Obrador marcó la hoja de ruta a los suyos al anunciar la semana pasada que comienza una etapa de “revolución de las consciencias”, para que, “cuando sea necesario (…) se convierta en voluntad colectiva dispuesta a defender lo alcanzado”, dijo en su informe de gobierno.
A medio plazo el objetivo de Morena es consolidar su poder territorial en las elecciones de junio de 2021, en las que se elegirán 15 gobernadores, 500 diputados, 30 congresos locales y casi 2.000 ayuntamientos en todo el país. La gran fuerza del ganador de las internas de Morena, será operar en la elección de las candidaturas, premiando así a amigos o aliados, con grandes posibilidades de vencer, según sondeos.
A largo plazo, el nuevo presidente será figura clave en la elección del sucesor de López Obrador en 2024, de ahí que ninguno de los que se ven con posibilidades haya dejado pasar la oportunidad de convertir los comicios internos en el primer peldaño hacia la presidencia.
Entre las familias que conviven en Morena, Delgado representa una línea más moderada y dispuesta a negociar con otros partidos. Sus opositores le reprochan que se subió al carro cuando la victoria de López Obrador estaba cantada y que apoyó algunas de las reformas estructurales de Peña Nieto cuando estaba en el PRD. Cuenta con el respaldo del canciller Marcelo Ebrard, el presidente del Senado Ricardo Monreal o Julio Scherer, secretario jurídico de la Presidencia.
Frente a Delgado, Muñoz Ledo es un histórico de la política y referente moral de la izquierda que ya presidió el Revolucionario Institucional (PRI) y el de la Revolución Democrática (PRD). Su sorprendente aparición pocos días antes de que se cerrará la inscripción ha movido el tablero y su candidatura de la mano de la senadora Citlali Hernández, con fama de dura entre las duras, llega respaldada por pesos pesados como Martí Batres, Bertha Luján o la alcaldesa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. Según dijo Muñoz Ledo, el reto principal de Morena es la organización y volver a ser un movimiento “arrollador”. Incluso fue tan arrollador, ironizó, “que la ola hasta basura trajo”, dijo a las puertas del INE.
La expresidenta de Morena, Yeidckol Polevnsky, que se inspira en el modelo cubano y chavista de organización barrial, dijo que es necesario “rescatar” a Morena de quienes han demostrado que no están en sintonía con los ideales del presidente López Obrador. “Los compromisos del presidente son la plataforma de nuestro partido. No se vale que hay quien titubeé o que se va por la libre”, dijo en un llamado a la unidad del sector duro, entre quienes está el gobernador de Puebla Miguel Barbosa.
El Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, fue la formación creada por López Obrador para su candidatura a la presidencia de 2012, cuando aún pertenecía al Partido de la Revolución Democrática (PRD). En los últimos ocho años, Morena ha pasado de ser una asociación civil a lograr en 2018 una abrumadora victoria con casi el doble de votos de los que consiguieron Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto. Sin embargo, desde entonces la militancia cayó en la “orfandad” resume una fuente cercana a la candidatura de Delgado. “Nadie se ha ocupado de los simpatizantes que se movilizaron. Una vez en el poder los cuadros comprometidos pasaron al Gobierno o a las Secretarias y la gente no sabía a quien acudir. Hay una corriente de simpatía que no hemos sabido canalizar“, señala.
Según el analista Sergio Aguayo, “en Morena conviven varias tribus, donde el único pegamento es la lealtad a López Obrador”, dijo en noviembre a este periódico. “Él creó un movimiento donde incluyó de todo: priistas, evangélicos, panistas… Es un partido tan heterogéneo que caben dinosaurios como Manuel Barlett, (secretario de Energía procedente del PRI) o voces muy respetables como Tatiana Clouthier y Alejandro Encinas y eso explica las contradicciones en Morena”, sostuvo Aguayo. En lo político, la alianza de Morena con el ultraconservador Partido Encuentro Social (PES) o el izquierdista Partido del Trabajo (PT) le dio el control de ambas cámaras.
Por el momento, López Obrador se ha desentendido de los comicios y ha dicho este miércoles que “es la primera vez que un mandatario no interfiere en la vida interna de su partido”, pero el aparato que maneja Morena se ha decidido a favor de Muñoz Ledo. El pasado domingo Morena convocó a una ‘Asamblea Informativa’ que resultó de facto un respaldo a su candidatura. El comité ejecutivo nacional, encabezado por Alfonso Ramírez Cuéllar, participó del acto junto a Martí Batres o Héctor Díaz Polanco. “Me dio vergüenza (…) estamos en un partido que ha perdido los límites morales en la utilización del aparato”, contestó indignado Gibrán Ramírez, de 30 años, al conocer el acto. “En ese evento pasaron dos cosas”, resumió Ramírez en el programa La Octava, “se presentaron posicionamientos oficiales desde el partido y se presentó una candidatura para contrarrestar la influencia de quienes, dicen, tenemos espacio en los medios de comunicación”, reclamó el politólogo y estrella emergente de la izquierda.