Los solitarios del Prado
Diez personajes reflexionan ante su obra de arte favorita, a solas y por la noche.
Fotografía de Javier Salas
El Prado de Miquel Barceló
Sábado, nueve de la mañana. Un museo desierto. Dos siluetas solitarias recorren galerías, pasillos, salas, pinturas. Contemplan y hablan. Miquel Barceló y su amigo Jean-Marie del Moral, el fotógrafo que ha inmortalizado desde los primeros ochenta la carrera del artista, recorren el Prado: “Su Prado”.
Sábado, nueve de la mañana. Un museo desierto. Dos siluetas solitarias recorren galerías, pasillos, salas, pinturas. Contemplan y hablan. Miquel Barceló y su amigo Jean-Marie del Moral, el fotógrafo que ha inmortalizado desde los primeros ochenta la carrera del artista, recorren el Prado: “Su Prado”.
Juan José Millás: ‘Perdido en la multitud’
La misión encomendada al escritor era bien sencilla: “Vete al Prado un día cualquiera y piérdete en la multitud”. También complicadísima: “Establece una topografía del lugar y una sociología del visitante”. El resultado de aquel deambular, de aquel contemplar y de aquel pensar es este texto.
La misión encomendada al escritor era bien sencilla: “Vete al Prado un día cualquiera y piérdete en la multitud”. También complicadísima: “Establece una topografía del lugar y una sociología del visitante”. El resultado de aquel deambular, de aquel contemplar y de aquel pensar es este texto.
¿Dónde está la gente?
De la muchedumbre a la soledad, del ruido al silencio. El artista José Manuel Ballester soñó en el Prado un universo pictórico desnudo de seres vivos. Solo el escenario permanece. Resultado: una desolación visual… y un ensayo conceptual. El arte que es y el que pudo ser.
Caprile desviste a la infanta favorita de Felipe II
El modista graba una masterclass sobre el vestuario de la obra ‘La infanta Isabel Clara Eugenia y Magdalena Ruiz’, de Alonso Sánchez Coello
Masas y museos
Félix de Azúa cuenta cómo hace 30 años los museos eran un reducto para intelectuales. Hoy son un objeto de deseo para millones de personas. ¿Morirán de éxito?
Infiernos y delicias
La visita de Jim Morrison con resaca al Prado. Un relato de ficción del escritor Jesús Ferrero.
En las tripas del museo
Siempre se conoció como “el Prado oculto” al conjunto de obras no expuestas que duermen en los depósitos del edificio Villanueva. Pero hay otro museo escondido. Kilómetros de conductos, pasadizos, cables, pasarelas, escalinatas, calderas…, un paisaje entre la ciencia-ficción y la arqueología desde donde se controlan la seguridad y el mantenimiento del museo.
Siempre se conoció como “el Prado oculto” al conjunto de obras no expuestas que duermen en los depósitos del edificio Villanueva. Pero hay otro museo escondido. Kilómetros de conductos, pasadizos, cables, pasarelas, escalinatas, calderas…, un paisaje entre la ciencia-ficción y la arqueología desde donde se controlan la seguridad y el mantenimiento del museo.