Egresados de educación técnico profesional logran retorno más rápido de la inversión y más empleabilidad
De acuerdo con el estudio “Movilidad social: aportes desde la educación superior técnico-profesional”, realizado por Inacap, la formación Técnica Profesional permite dar un rápido salto en la mejora de las condiciones de vida, transformando así la realidad de miles de personas y sus entornos
Según cifras del Ministerio de Educación de Chile, cerca del 42% de los alumnos de la educación superior están cursando carreras en institutos profesionales (IP) y centros de formación técnica (CFT), mientras que un 57% de los estudiantes de primer año de la educación superior se matriculó en una institución técnico profesional.
Una de las razones de esa elección, que cada año tiene más preferencia, es que se trata de una alternativa de educación más corta, mucho más económica, versátil y que ofrece mejor empleabilidad después de egresar. Por otro lado, los conocimientos que entregan pueden ser aplicados en un abanico de posibilidades y les abren muchas puertas tanto en el mercado laboral tradicional como en el del emprendimiento y la formalización de empresas.
La educación superior técnico-profesional ha sido, además, un medio importante para la movilidad social ascendente. Así lo reflejó el estudio, “Movilidad social: aportes desde la educación superior técnico-profesional”, realizado por el Instituto de Capacitación Profesional de Chile (Inacap), a través de su unidad de investigación Impacta Inacap. “El estudio arrojó que cerca del 57% de los jóvenes que conforman la primera generación de sus familias en ingresar a la enseñanza superior, lo hacen a un instituto profesional o a un centro de formación técnica. Esto cambia la vida de las personas, y les ayuda a ser más felices”, explicó el rector de la Institución, Lucas Palacios.
Para realizar este estudio, sus autores consideraron la trayectoria de un grupo de alumnos desde la educación media hasta su eventual participación en la superior, y para ello, usaron como antecedente la educación de sus padres. La investigación arroja como conclusión que recibirse de la educación superior es infinitamente mejor que ingresar al mundo laboral inmediatamente después de egresar de cuarto medio. Es, por lo tanto, una inversión que, aunque en un principio solo considera gastos, redundará en mejores perspectivas laborales y económicas a futuro.
En el caso de la educación técnico-profesional, el tiempo de recuperación de esa inversión tras titularse es mucho más rápida, ya que considera un promedio de solo tres años. El estudio concluye que esta formación permite dar un rápido salto en la mejora de las condiciones materiales de existencia, transformando así la realidad de miles de personas, lo que a su vez plantea la necesidad urgente de iniciar una discusión respecto de a quién sirven las políticas públicas.
Técnico-profesional y universidad
En un segundo estudio se midió el beneficio de la educación superior técnico-profesional respecto a la universitaria. Uno de los hallazgos, es que los egresados de la educación TP se demoran menos en recuperar la inversión versus los universitarios. Por otro lado, la rentabilidad de los institutos profesionales, a los 20 años de egreso, es en promedio mayor al de las universidades de los dos primeros quintiles (considerando los puntajes de admisión de la Prueba de Acceso a la Educación Superior), y muy cercana al tercer quintil. Lo mismo ocurre con los CFT, cuya rentabilidad supera a la de las universidades menos selectivas.
Para el Rector de Inacap, Lucas Palacios, esto ocurre porque “las carreras técnico- profesionales están directamente relacionadas con el sector productivo y de servicios a lo largo del país, y desarrollan las competencias prácticas, por lo que son muy atractivas para los jóvenes y para las empresas. La universidad no es la única forma de lograr el éxito en Chile y tenemos que dimensionar el peso que tiene la educación técnica en un país donde, justamente, hay escasez de técnicos. Las carreras técnicas tienen mejor y más empleabilidad y contribuyen directamente a la descentralización productiva. Este factor debería ser considerado por los futuros estudiantes”.
Los investigadores de Impacta Inacap sostienen que, pese a esa mayor rentabilidad respecto a universidades menos selectivas, las instituciones técnico-profesionales reciben menos recursos del Estado y que, por lo tanto, existe la necesidad de discutir sobre la eficiencia del gasto público en la educación superior.