Por qué voté a Gustavo Petro: “Es ahora o nunca”
Estudiantes, vecinos de los territorios más pobres y de ciudades capitales explican sus motivos para apoyar al líder de izquierdas colombiano
Gustavo Petro cuenta ahora mismo con el mayor apoyo que haya tenido antes un candidato de izquierdas en la historia de Colombia. A sus 62 años, el exguerrillero del M-19 ha calado hondo entre los jóvenes y los estudiantes, que fueron los protagonistas de las protestas del año pasado; confían en él los habitantes de las dos costas, la del Pacífico y el Caribe, regiones históricamente olvidadas por el centralismo político;...
Gustavo Petro cuenta ahora mismo con el mayor apoyo que haya tenido antes un candidato de izquierdas en la historia de Colombia. A sus 62 años, el exguerrillero del M-19 ha calado hondo entre los jóvenes y los estudiantes, que fueron los protagonistas de las protestas del año pasado; confían en él los habitantes de las dos costas, la del Pacífico y el Caribe, regiones históricamente olvidadas por el centralismo político; y le tiene fe la gente de Bogotá, donde fue alcalde durante cuatro años con un discurso en favor de los desclasados. Cuenta con el respaldo de los más pobres y se le suma también un voto urbano educado sensible a las causas sociales, pero su impacto es casi nulo entre las élites ricas del país y aún enfrenta resistencia en sectores empresariales.
Su tirón es indudable en la periferia y las regiones deprimidas. En el Pacífico, donde hay un marcado acento afrocolombiano, obtuvo el 70% de los votos en la primera vuelta del pasado domingo. Ahora se enfrente al populista Rodolfo Hernández, que arrasa en el centro y el oriente del país. Petro empezó por detrás en las encuestas en esta segunda vuelta, pero en una semana ha revertido la tendencia hasta el punto de que los dos candidatos se encuentran casi en empate técnico. El líder de izquierdas se centra ahora en la micropolítica (el viernes durmió con una familia de pescadores) y en tratar de atraer el voto femenino, aprovechando los continuos exabruptos machistas de su rival.
EL PAÍS le ha preguntado a una empleada del hogar, una actriz, un neurocirujano y a un politólogo, entre otros, las razones por las que votan a Petro.
Yijhan Rentería. 38 años. Quibdó (Chocó)
“Quienes vivimos en las periferias geográficas y administrativas sabemos que ha sido una catástrofe vernos sistemáticamente administrados desde escritorios gubernamentales en Bogotá, en el centro del país”, se lamenta Rentería, escritora y docente universitaria. Madre de cuatro hijos, se considera seguidora de Petro desde siempre. Vive en Quibdó, que supera por cuatro veces la tasa nacional de homicidios. “Es apenas natural que quiera votar por una propuesta a favor de la vida”, en la que los acuerdos de paz no serán letra muerta sino “una brújula que orienta las acciones concretas de Gobierno”. También le motiva la propuesta del cambio con las mujeres, que a su juicio postula un ejercicio verdadero de equidad. “Es el único plan de gobierno que se planta y dice ser abiertamente antipatriarcado y feminista. Una decisión y una postura que se ratifica en la elección de Francia Márquez como su fórmula vicepresidencial”, destaca Rentería. “Por primera vez en este país podemos votar verdaderamente a la presidencia y a la vicepresidencia”, dice sin ocultar su entusiasmo con Márquez, a la que califica como su “razón más rotunda” para votar por Petro.
Juan Pablo Ossa, 44 años. Bogotá
Politólogo de 44 años, con estudios de posgrado en el exterior, votará a Petro porque piensa que Colombia necesita un presidente “que haga sentir a la gente que tiene el respaldo del Estado para salir adelante”, pues el desarrollo no va a llegar a las regiones más apartadas del país sin una intervención estatal decidida. “Tengo la certeza de que tiene la capacidad de cerrar en algo las enormes brechas y desigualdades sociales y económicas que ponen en peligro nuestra democracia y nuestra viabilidad como sociedad”, apunta. Residente en Bogotá, la capital que Petro gobernó y donde tiene un respaldo robusto, admite que su Alcaldía fue muy conflictiva, pero destaca varias de sus políticas, como la jornada única en los colegios del distrito, el mínimo vital de agua para las familias más vulnerables y el subsidio a la tarifa del Transmilenio, el sistema de transporte masivo. “No es gratuito que Petro tenga su mayor fortín político en Bogotá. A pesar de que digan que fue el peor alcalde, eso quiere decir que mucha gente se sintió representada”.
Eduardo Villarreal. 68 años. Raquira (Boyacá)
Es agricultor y artesano. Villarreal votó por Petro en la primera vuelta de las elecciones presidenciales porque está convencido de que Colombia necesita un cambio profundo: “Me gustan mucho sus ideas con respecto al cambio climático”. Además, considera que es muy importante la renovación de los acuerdos comerciales que tiene Colombia. “Nos han hecho mucho daño los TLC [Tratados de Libre Comercio] que hemos firmado”, afirma. Villarreal resalta de las propuestas de Petro el cambio que propone en el modelo de la producción del país: “Debemos buscar un modelo económico de explotación de nuestros recursos naturales que apoyen al campesino y no nos vuelva más pobres”.
Adriana Osorio. 55 años. Bogotá
Actriz profesional de teatro, cine y televisión que también montó un restaurante de crepes para sacar adelante a sus hijos. Coincide en que en este momento la propuesta de Petro es la más viable, con un programa de gobierno estructurado y sólido. “Es una propuesta donde ilumina un país que ha estado oculto. Donde no se ha gobernado para todos, donde las brechas sociales son muy grandes”, señala. “Y tiene una vicepresidente que viene del pueblo, que se la ha guerreado”, dice en referencia a Francia Márquez. “Por ella y por su vivir sabroso, porque podamos vivir sin miedo, tener acceso a la educación, a la salud, a la cultura, todos sin excepción. Eso es el Pacto Histórico”, afirma.
Emilio José Arrazola. 66 años. Sincelejo (Sucre).
Empresario que confía en Petro, una especie en peligro de extinción. Dice que Petro se conoce de memoria el país y eso le da confianza. A su entender, se ha preparado ha conciencia para este momento que podría llegarle. “Los empresarios necesitamos una estabilidad para generar empleo. Confío plenamente en el espíritu democrático de Gustavo y en su respeto por las libertades individuales”, explica.
Delfina García. 67 años. Quidbó (Chocó)
Se define militante del partido liberal y “berraca” [dura, fuerte]. Vive en la región más pobre de toda Colombia. Dice que es el momento de “las nadie”, el concepto que ha impulsado la dos de Petro, Francia Márquez, para referirse a las mujeres que no han recibido el apoyo del Estado. “Márquez nos representa como mujer y como negra”, enfatiza Delfina. La historia de ella, continúa, es igual a la de ella y muchas otras. Cree que es ahora o nunca: “No perdamos esta efervescencia y este calor. Es ahora o es nunca”.
Luz Estela Mejía. 53 años. Bogotá.
Estoy con Petro, reconoce. Trabaja como interna en casas y ha cuidado sola a sus dos hijos, después de un matrimonio que no salió bien. Ella cree que Petro está con los humildes. Rodolfo, en cambio, “es grosero con las mujeres y es muy mentiroso”. En eso cree que Petro le saca varios cuerpos de ventaja, aunque en el pasado haya tenido algunos tics machistas: “Él está con nosotras”.
Ernesto Cáliz. 64 años. Montería (Córdoba)
Médico neurólogo, casado y con cuatro hijos. Vive en una ciudad de ganaderos en la que la principal economía, sin embargo, es el narcotráfico. Está convencido de que Petro es el más capacitado para dirigir Colombia: “Es un pacifista y seguirá implementando el proceso de paz”. En un país lleno de violencia y desigualdad, Cáliz cree que él tiene las propuestas idóneas, como la reforma agraria, el retoque del sistema pensional, la inversión en lo social y la modificación en el sistema de salud para que el paciente sea atendido de manera directa sin aseguradoras. “Va a ser nuestro futuro presidente”, asegura.
Manuela Martínez. 27 años. Bogotá
Trabaja con organizaciones de la sociedad civil y votó por Petro porque en su agenda tiene en cuenta la realidad de las zonas rurales de Colombia. Martínez considera que las propuestas de Petro son innovadoras y van muy acorde con lo que están haciendo en otros países: “Sus planteamientos van a la vanguardia en temas económicos y energéticos que necesita Colombia”. Además, le parece muy importante que Petro quiera cumplir con el acuerdo de paz porque considera que su implementación puede tener un impacto muy positivo en la sociedad colombiana. Aunque confiesa que ninguno de los candidatos le convencía al 100%, al final se decidió por Petro para acabar con el uribismo, cuenta.
María Manrique. 28 años. Bogotá
Le tocó mentir a su suegra porque votar por Petro no siempre es popular en algunos ámbitos. Le dijo a su familia política que lo había hecho por Rodolfo Hernández. Manrique confiesa que todas las opciones de voto le parecían malas, pero hizo un examen de compatibilidad de candidatos y le salió Petro. “No me gusta como personaje público, pero creo que puede generar un cambio positivo en el país porque rompe con todo lo que se ha establecido durante años en Colombia”.
Farid Parrado. 29 años. Sincelejo (Sucre)
Es muy ordenado, y por eso quiere decir tres razones por las que va a votar a Gustavo Petro. 1) Él conoce el país y le dará oportunidades a las más de siete millones de personas que viven en pobreza extrema. 2) Para que más jóvenes tengan acceso a la educación, ya que uno de cada tres jóvenes ni estudian ni trabajan. Y 3) Porque Petro se preocupa para el medio ambiente y quiere que sus dos hijos conozcan la naturaleza Colombiana.
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