Un consejero socialista del Gobierno catalán confesaba días atrás las dificultades que observa para que el PSC obtenga de nuevo la confianza de su electorado tradicional en los comicios de otoño. "Tenemos enfadados a los autónomos, a los agricultores, a los bomberos, a los maestros... y no veo ningún colectivo haciendo cola para votarnos", se lamentaba.
"Nos acaban de anunciar recortes en pensiones y en salarios, que retiran los cheques por los recién nacidos y no sé cuántas cosas más y el alcalde quiere gastarse una millonada en la reforma de la Diagonal. No lo entiendo y que conste que he sido votante socialista", exclamaba Mari Carmen, una aragonesa que lleva 30 años afincada en la Marina de la Zona Franca.
La crisis económica se nota, y mucho, en los juzgados de Cataluña, que el año pasado se atascaron un poco más de lo que ya lo estaban por el aumento de pleitos por despidos laborales, impagos de hipotecas o de otras deudas, e incumplimiento de sentencias.