Ya desde media tarde de ayer decenas de jóvenes cargados con bolsas de plástico y botellas se apiñaban en el metro y tranvía con destino la playa de la Malva-rosa de Valencia. Su misión: celebrar la noche más corta del año que da la bienvenida al verano. La de San Juan.
Los pilares del modelo económico valenciano se tambalean. Al desmoronamiento de la construcción como locomotora y la incertidumbre sobre los grandes eventos, con una Copa del América judicializada y un Gran Premio de Fórmula 1 en proceso de secesión, se añade la caída del turismo extranjero.
El Partido Popular volvió ayer a utilizar el resultado electoral como patente de corso para justificar sus decisiones, por polémicas que sean y pese a las consecuencias que puedan ocasionar.
El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, está dispuesto a comandar la ofensiva del PP para hacerse con el gobierno local de Alaquàs -el feudo del secretario general del PSPV, Jorge Alarte- y otros 144 municipios en los que los populares no gobiernan pero donde fueron los más votados en las recientes elecciones al Parlamento Europeo.
Alguien dijo: viejos rockeros. Otro: vieja guardia. Y, aunque ayer no lo hizo, alguno de los presentes suele hablar de sí mismo y del resto como "las falleras mayores". Bajo esas tres formas de quitarse importancia se encuentra, quizá, el grupo más influyente de profesores de la Universitat de València.
Las imágenes de una cañería por la que se desliza el agua en las primeras escenas de House by the river (1950), de Fritz Lang, como preámbulo sensual, como metáfora de la posible seducción de la mujer que se baña en el piso de arriba, constituyen un hallazgo, una inspiración para un realizador.
En España hay 51.500 cooperativas que emplean a 2,4 millones de personas y tienen 11,7 millones de asociados, según los datos de la Confederación Empresarial Española de Economía Social (Cepes).