En poco tiempo, España ha encerrado en un cajón la muerte y casi todo lo que la rodea. En vez de los tradicionales velatorios en casa hoy se celebran ceremonias rápidas en tanatorios instalados a las afueras de las ciudades. En lugar de aquellos camposantos de espléndida estatuaria se impone el modelo anglosajón de cementerio-jardín y lápidas casi invisibles.
El sistema de protección de menores en España hace agua. Hay pocas adopciones nacionales -apenas unas 900 cada año-, los trámites son lentos, no hay suficientes acogimientos familiares y más de 14.000 niños desamparados y tutelados por el Estado viven en centros.
El mismísimo jefe del Gobierno británico encabezó ayer la larga lista de homenajes en memoria de Jade Goody, reflejo del tremendo fenómeno encarnado por la estrella de la telerrealidad que decidiera vender a los medios de comunicación sus últimas semanas de agonía como enferma terminal.
AGENCIAS | Madrid
La niña de 11 años retenida en Irak llegó ayer a España