"La gran amenaza que planea sobre las aerolíneas de El Prat es el desembarco de Ryanair en Barcelona. También sería un golpe para Girona". Es la advertencia lanzada hace unas semanas por un político catalán, que defendía con estas palabras la compra de Spanair por parte de empresarios e instituciones catalanas.
Los fuertes vientos que azotan Cataluña, sobre todo en las comarcas del sur y en las del norte, seguirán soplando hasta hoy por la tarde; eso sí, con menor intensidad que en días pasados. El vendaval de ayer se saldó con seis camiones derribados por la fuerza del viento, todos ellos en las comarcas sureñas del Montsià, Baix Ebre y Baix Camp.
Los últimos fiascos financieros y los gigantescos planes de apoyo de gobiernos en países de cultura puramente liberal como Estados Unidos han dinamitado cualquier argumento contra el apoyo político a la economía.
No haber protegido diversas zonas de Lleida, situadas en torno al futuro canal Segarra-Garrigues, contra lo acordado por la directiva comunitaria para zonas de protección de aves (ZEPA) ha supuesto una condena en firme a la Generalitat por parte de los tribunales europeos.
Artur Mas no es Jordi Pujol, por lo menos en el juego político. El líder de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) no maneja como su antecesor la tradicional ambigüedad convergente con el soberanismo o independentismo.
ANA PANTALEONI | Barcelona
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Un hombre chileno de 66 años decidió partirse (adrede) la tibia y el peroné para poder llegar al aeropuerto de El Prat en silla de ruedas, dar pena a los agentes de la aduana y colarse en España con cierta cantidad de cocaína que había camuflado, cuidadosamente, en la escayola que le cubría la pierna rota.