No es el dinero, son los abusos
¿Quién acudiría a los tribunales para recuperar unos pocos euros? Casi nadie. Y ésta es precisamente el arma de las grandes empresas y corporaciones bancarias para aumentar espectacularmente sus ingresos: pequeñas comisiones, aplicadas sin información previa al cliente, promociones con publicidad equívoca, cuando no engañosa, y otros mil trucos de escasa cuantía que pasan inadvertidos para el consumidor.