El declive del sector inmobiliario
Lo de vender pisos se ha puesto tan mal que a los promotores les ha caído una nueva y más preocupante plaga. Ya no sufren sólo por la subida del Euríbor, ni porque los bancos hayan restringido el crédito a sus potenciales clientes. Ni siquiera porque convencer a alguien para que compre una vivienda sea ahora una misión imposible.
Cada día que pasa es peor. Las pocas inmobiliarias que han tenido el valor de presentar sus resultados del primer semestre, y no estirar hasta el máximo el plazo al que están obligadas las que cotizan en Bolsa, han arrojado unas cifras peores que las del primer trimestre. Y no era fácil superar el listón.
Ratas paseando por obras que llevan meses paralizadas, familias que ya no confían en que algún día pasarán las vacaciones en el apartamento que compraron en Fuerteventura, pequeñas constructoras incapaces de pagar las nóminas de sus empleados, ayuntamientos que se lamentan por unas tasas impagadas y que planean personarse como acreedores particulares...
M. Á. NOCEDA | Madrid
El organismo estatal no puede financiar el circulante de empresas en apuros
Ni si quiera el hombre con más éxito en la historia reciente de Wall Street escapa a los efectos perversos del huracán financiero. Berkshire Hathaway, brazo inversor de Warren Buffett -el hombre más rico del mundo-, cerró el segundo trimestre con una caída del beneficio del 7,6%.