Nuevo paso de la justicia internacional
La justicia internacional ha puesto por vez primera en su punto de mira a un presidente en ejercicio y asentado en el poder. Tres años después de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas le pidiera que investigara la tragedia humanitaria de Darfur, Luis Moreno Ocampo, fiscal jefe de la Corte Penal Internacional (CPI), solicitó ayer el arresto del presidente sudanés, Omar el Bashir, por genocidio, crímenes de guerra y contra la humanidad.
La situación sobre el terreno en Darfur es más explosiva que nunca. Y la misión de Naciones Unidas que debe velar para proteger a los civiles tiene ahora además otra tarea prioritaria: protegerse a sí misma. La ONU teme represalias a la decisión de la Corte Penal Internacional por parte de Jartum y de sus temibles aliados en Darfur, llamados yanyauid.
La relación euromediterránea
Nicolas Sarkozy puede sentirse satisfecho. La Unión por el Mediterráneo existe por la vía de los hechos consumados. Más allá de las reticencias de sus socios europeos, empeñados en quitarle vuelo al proyecto del inquilino del Elíseo.
Un diplomático israelí comentaba recientemente que desde la invasión de Irak, en 2003, la palabra Siria apenas podía leerse en la prensa hebrea. El país árabe sufre un severo embargo económico impuesto por Estados Unidos desde 2004.
El fiscal jefe de Estambul, Aykut Cengiz Engin, ha tardado 13 meses en acusar formalmente a 86 personas -entre las que figuran ex militares, empresarios, columnistas de prensa y hasta un antiguo rector universitario- de conspirar para lograr el derrocamiento del Gobierno del islamista moderado Recep Tayyip Erdogan.
La carrera hacia la Casa Blanca
Una investigación recién publicada por el instituto Pew revela que sólo un 11% de los potenciales votantes estadounidenses cita a John McCain como el candidato del que más ha oído hablar. Cerca de un 80% menciona a Barack Obama. Portavoces del senador republicano culpan de esta desventaja a la cobertura desequilibrada de los medios de comunicación.
El presidente George W. Bush revocó ayer un decreto aprobado por su padre en 1991, que prohibía la explotación petrolera de las costas de Estados Unidos por razones medioambientales.