La sequía dispara la alarma y un alud de quejas en el sector turístico
Si los políticos y la lluvia no lo remedian pronto, las temidas restricciones en el abastecimiento de agua se plantean para el mes de octubre. La campaña del verano está a salvo, pues, para la potente industria turística, que, junto con el automóvil y la hoy tambaleante construcción, tira de la economía catalana.