"Perdemos un tesoro, pero no es nuestro"
La playa que pintó hacia 1902 el noruego Edvard Munch con la Luna y su reflejo en el agua cual signo de exclamación se podía ver ayer todavía en la Galería Austriaca, en el palacio de Belvedere, junto a las obras de otros expresionistas como Emil Nolde, Ernst Ludwig Kirchner y Fernand Léger. Sin saber que se encontraba delante de uno de los miles de objetos del expolio nazi, una turista alemana contemplaba fascinada el paisaje abstracto.