Frears clava su retrato de la monarquía
Todos los varones británicos mayores de edad han soñado al menos una vez con la reina. Eso dicen los estudios psiquiátricos, y parece razonable: desde 1953, cuando la joven Lilibeth ascendió al trono, Isabel II ha sido una figura omnipresente, distante y dominante, fría y tranquilizadora a la vez.