El misterio de Botticelli
ENRIC GONZÁLEZ | Roma
Una figura llora ante una puerta cerrada. Nada más. Ésta es la pintura de pequeño tamaño que en 1816 compró el príncipe Giuseppe Ruspigliosi. Los vendedores, la familia Amigoli de Florencia, llamaban a la obra Rea Silvia, suponiendo que representaba a la heroína de la mitología romana, y atribuían la autoría a Masaccio, el fugaz genio prerrenacentista al que Miguel Ángel y Leonardo consideraban maestro.