La fuerza de la solidaridad
GABRIELA CAÑAS | Bruselas
El jefe de Naima Amzil, de 31 años, empezó a recibir serias amenazas a finales del año pasado por permitirla acudir al trabajo con el pañuelo habitual con el que las marroquíes se cubren la cabeza. El remitente era una desconocida organización llamada Nuevo Flandes Libre, que calificaba a Rik Vannieuwenhuyse, el jefe de Amzil, de "mal belga amigo de los musulmanes". Le enviaron dos balas de pistola como inequívoca señal de sus radicales intenciones.