Memoria de la barbarie
Emiko Karatami regresó el 5 de agosto de 1945 a Nagasaki tras pasar varios meses sin ver a su padre. Vivió en una pequeña localidad a 70 kilómetros de la ciudad mientras duró la II Guerra Mundial. "Tenía dos años. Ese día desayuné con toda la familia. Hacía tiempo que no compartía mesa con mi padre. A las 8.15 horas cayó la bomba nuclear", explica Karatami.