Turín se ha regalado un festín cultural este otoño. La ciudad industrial de los Alpes ya no puede vivir de una Fiat en decadencia e intenta cambiar de piel, abriendo museos y atrayendo exposiciones. Ahora mismo reúne una de las más exquisitas muestras de arte africano que se recuerdan, abre a los visitantes el celosamente guardado autorretrato de Leonardo da Vinci, celebra un festival de cine y exhibe en sus calles una iluminación navideña creada por casi una veintena de artistas.
Margareth Anderson, Marianne Moore, Victoria Ocampo, Dorothy Miller; nombres prácticamente desconocidos que, sin embargo, tuvieron una influencia crucial en el mundo de las artes y de las letras estadounidenses en la primera mitad del siglo XX.
Kamchatka es un país imaginario que aparece en un juego de mesa (Tácticas y estrategias de guerra). En él se refugia Harry, un niño de 10 años, para sobrevivir al horror. Sucede en el Buenos Aires de 1976 y los padres del crío fueron unos de los más de 30.000 desaparecidos, pero Harry cuenta la historia cuando tiene 40 años, más o menos la edad de Marcelo Figueras, el autor de Kamchatka (Alfaguara).
"La cabeza de un novelista es como un manzano: es preciso que los frutos maduren". Daniel Pennac (Casablanca, 1941) necesitó años para recoger los frutos de su novela El dictador y la hamaca (Mondadori).