La cuenca del Guadiamar está recuperando las poblaciones de animales afectados por el vertido tóxico provocado por la rotura de una balsa minera en Aznalcóllar (Sevilla) el 25 de abril de 1998. Cinco años después, los científicos han comprobado la presencia de 129 especies de aves y reptiles, además de una riqueza de mamíferos superior a la previsible tras la riada de seis millones de litros de lodos tóxicos y aguas ácidas.
TEREIXA CONSTENLA | Sevilla
Todavía no clareaba cuando Alonso Sánchez Fuentes escuchó tal fragor que pensó en el avance alocado de las aguas de un pantano roto. Y algo se había roto aquella madrugada del 25 de abril de 1998 varios kilómetros más arriba del valle del Guadiamar: una balsa minera que soltó seis millones de litros de lodos piríticos y aguas ácidas que avanzaron imparables y ruidosas hasta las puertas del Parque Nacional de Doñana.
El temporal de viento y lluvia que asoló ayer la Costa del Sol Oriental provocó la muerte de una mujer de 50 años al desplomársele encima parte del muro lateral del campo de fútbol Manuel Azuaga de Torre del Mar (Vélez-Málaga). Otra mujer de 47 años resultó gravemente herida en el accidente.
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