AMENAZA DE GUERRA
| El debate parlamentario
José María Aznar mostró ayer sus cartas ante la evolución del conflicto de Irak. Al contestar a una pregunta del líder de IU, Gaspar Llamazares, enseñó un comodín que puede servirle para ligar su jugada pase lo que pase en la ONU: "No me resigno a que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se muestre incapaz de cumplir aquellas resoluciones que es capaz de aprobar por unanimidad, y estamos trabajando para que así no sea".
Las movilizaciones ciudadanas
Los partidarios de la guerra se están quedando sin argumentos, en parte gracias a las movilizaciones ciudadanas en todo el mundo contra un ataque a Irak. Este es el convencimiento de los sindicatos, los partidos políticos de oposición, la Plataforma Cultura contra la Guerra y más de 300 organizaciones sociales españolas que convocan una nueva manifestación, el próximo sábado a las seis de la tarde, y un paro de 15 minutos, mañana, viernes, a mediodía.
El ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, ofreció ayer en el Senado los primeros datos, aunque fragmentarios, del apoyo que presta España a EE UU en el actual despliegue de tropas en el golfo Pérsico.
El pleno del Tribunal Constitucional desestimó ayer, por unanimidad, el recurso de inconstitucionalidad interpuesto por el Gobierno vasco contra varios artículos de la Ley de Partidos.
El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, a petición del fiscal Pedro Rubira, dejó ayer en libertad sin cargos a tres de los cinco detenidos el pasado viernes en Valencia y La Rioja.
El informe de fiscalización del Tribunal de Cuentas sobre los contratos de obras de la línea de alta velocidad entre Madrid y Lleida, gestionados por el ente público Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF) referido a los años 1999 y 2000, descubrió múltiples anomalías en el proyecto.
El ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, negó ayer tajantemente en el Senado que el Colegio de Geólogos de Aragón hubiera presentado alegaciones sobre el trazado del tren de alta velocidad entre la localidad zaragozana de Pina del Ebro y la capital aragonesa.
CONCHA MONSERRAT | Zaragoza
El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, dejó claro ayer que ha tomado personalmente las riendas para intentar detener la crisis por la manipulación de encuestas oficiales y que no tendrá reparo alguno en entrar a fondo en el Departamento de Presidencia, controlado por su delfín, Artur Mas, y del que dependen las encuestas.