Hijos de un padre fallecido
W. OPPENHEIMER / EL PAÍS | Londres / Madrid
Diane Blood, de 36 años, ha tenido un segundo hijo de su esposo muerto en 1995, cuyo semen ya valió para el primer embarazo de la mujer en 1998. Los médicos accedieron a extraer el esperma de Stephen, su marido en coma, sin esperar a contar con una autorización oficial.