Llega 2001 sin que una máquina inteligente decida enfrentarse a los humanos, como la entrañable computadora Hal 9000, que, enloquecida, se deshace de casi todos los viajeros espaciales de la nave Discovery en 2001, una odisea en el espacio, de Arthur Clarke. Y no es porque las máquinas más avanzadas estén cumpliendo las leyes robóticas de Isaac Asimov (un robot no debe dañar a un ser humano; un robot debe obedecer las órdenes que le son dadas por un ser humano; un robot debe proteger su propia existencia hasta donde esa protección no esté en conflicto con lo anterior), sino porque entran en el siglo XXI con capacidades muy limitadas. Los robots ni siquiera pueden reproducirse, como cualquier animal, y los expertos no creen que vayan a desplazar a los humanos en un futuro próximo.
CAROL KAESUK YOON (NYT) | Nueva York
Desde que aparecieron los cultivos modificados genéticamente, los partidarios y detractores de estas plantas han presentado argumentos opuestos sobre si son seguros o nocivos para el medio ambiente. Los autores de la primera evaluación completa de los datos científicos publicados encuentran que aún no se pueden extraer conclusiones sobre las ventajas y riesgos de estos productos porque faltan los estudios más importantes.
Antonio Calvo Roy (Escritor) | Madrid
Siete años de viaje por el sistema solar y un proyecto de muchos miles de millones de pesetas podrían irse a la basura si no se solucionan los problemas de comunicación que se han detectado entre la nave Cassini y la sonda europea Huygens que la primera transporta actualmente hacia Saturno para dejarla caer en 2004 en Titán, una de sus lunas. Ahora todo depende de que la programación pueda arreglar el problema de diseño.