Clinton se despide de la política mundial con una vigorosa defensa de Naciones Unidas
Nunca un presidente se despidió de la política mundial ante un auditorio de tal envergadura. Bill Clinton aprovechó ayer la Cumbre del Milenio para leer algo muy parecido a un testamento diplomático. A cinco meses de abandonar la Casa Blanca, Clinton dijo haber aprendido en los últimos ocho años que Estados Unidos no podía ejercer su inmensa fuerza sin contar con el resto del planeta. Y proclamó que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), muy poco popular entre los electores de la gran superpotencia, debía desempeñar un gran protagonismo en el siglo XXI.