Cita decisiva en Bruselas
El clima político en Europa registró un giro radical en las últimas 24 horas. Contra todo pronóstico, todos los países de la UE, excepto Reino Unido, respaldaron la propuesta de sellar un pacto fiscal que implica fortalecer la disciplina y la coordinación económica de los 17 países del euro.
El primer ministro conservador, David Cameron, fue vitoreado ayer por el ala más euroescéptica de su partido tras lograr lo que ni siquiera la Dama de Hierro consiguió antes: dejar a Reino Unido aislado en Europa y utilizando por primera vez el derecho de veto, frenando así una iniciativa que tenía entonces el apoyo de 23 socios y la posibilidad de ser finalmente apoyada por los 26 restantes Estados miembros.
La decisión de las euroescépticas Suecia y República Checa de consultar a sus Parlamentos antes de aceptar el acuerdo alcanzado en la UE sorprendió a pocos. Pero nadie había contado con la rotundidad con la que Hungría anunció que se quedaba al margen.
Cuarenta y cuatro cumbres europeas y la mayor crisis económica de los últimos 70 años han templado el proverbial optimismo de Zapatero. El presidente en funciones no quiso pronosticar ayer si los acuerdos del Consejo Europeo serán suficientes para devolver la confianza a los inversores y frenar los ataques contra la deuda española, su objetivo prioritario.
Tras diez horas de negociaciones, Nicolas Sarkozy llegó pálido, cansado y con la mandíbula tensa a la sala de prensa francesa del Consejo Europeo. "No ha sido posible acordar una reforma de los tratados a 27 porque los amigos británicos no han querido", resumió el presidente francés.
Croacia y los Veintisiete suscribieron ayer el tratado de adhesión que convertirá el 1 de julio de 2013 al país balcánico en el 28º miembro de la Unión Europea. La adhesión se produjo el mismo día en que la UE aparecía fracturada en torno a la moneda única, con socios reticentes entre los países de la última ampliación, como Hungría o la República Checa.
Tras una larga historia de desencuentros, Europa se divorcia de Reino Unido. El nuevo novio es Mario Draghi, presidente del BCE, el único que puede sacar a la eurozona del lío en el que se ha metido.
La oposición rusa ha puesto a prueba su unidad y poder de convocatoria y desafía al Kremlin hoy con un mitin en el que espera reunir a decenas de miles de personas para pedir la anulación de los resultados de las elecciones legislativas del 4 de diciembre y la convocatoria de nuevos comicios.