Un Quijote fiel al original de Cervantes
Cervantes fue en algunas cuestiones un hombre demasiado confiado. Tras escribir lo que sería la primera parte de El Quijote, entregó a la imprenta un original poco claro, sin tener en cuenta que las imprentas españolas del siglo XVII eran bastante chapuceras. Para colmo, en la copia en limpio que usaron en la imprenta, Cervantes introdujo algunas correcciones que no hicieron sino confundir más a los impresores.