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Olivia Rodrigo critica al Gobierno de Trump por usar su canción en un video del ICE

La Casa Blanca usó ‘All-American Bitch’ para promover la “autodeportación” de migrantes. La cantante californiana exigió que se retirara el tema y denunció la propaganda “racista y llena de odio”

Olivia Rodrigo tiene apenas 22 años y una voz que ha sabido convertir la angustia de una mujer joven en un manifiesto generacional. Ha cantado sobre el desamor, la rabia, la ironía, y en el proceso se convirtió en una de las figuras más reconocibles del pop norteamericano. Pero esta vez no fue una canción, sino su silencio forzado el que marcó el ritmo: su tema All-American Bitch apareció, sin permiso, en un video oficial del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos.

El video, de apenas un minuto, se difundió desde las cuentas del DHS y de la Casa Blanca. Promovía la “autodeportación” de inmigrantes indocumentados a través de una aplicación gubernamental. Imágenes de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) acompañaban las primeras líneas de la canción: “All the time, I’m grateful all the time, I’m sexy and I’m kind, I’m pretty when I cry” (Todo el tiempo, estoy agradecida, todo el tiempo, soy sexy y soy amable, me veo bonita cuando lloro).

El texto que acompaña el video es tan directo como amenazante: Márchate ahora y autodepórtate usando la aplicación CBP Home. Si no lo haces, enfrentarás las consecuencias". La ironía es brutal. Una canción escrita como sátira a las exigencias del ideal femenino estadounidense se transformó, en manos del Gobierno, en la banda sonora de un mensaje que invitaba a los migrantes a marcharse “voluntariamente”.

Rodrigo reaccionó con rapidez. “No vuelvan a usar mis canciones para promover su propaganda racista y llena de odio”, escribió en su cuenta de Instagram. El mensaje desapareció poco después, pero bastó para encender la polémica. En cuestión de horas, la música fue retirada del video. En su lugar, ahora aparece un silencio incómodo y una frase: “Esta canción no está disponible actualmente”. En redes sociales, los usuarios celebraron la reacción de la cantante.

All-American Bitch, escrita y producida por Rodrigo para su álbum Guts (2023), es un retrato de la doble moral que imponen el éxito, el género y la nación. Su uso, en este contexto, no solo vulnera un derecho de autor, sino su sentido: la canción que ironizaba sobre la perfección femenina estadounidense ha terminado en manos del aparato que define quién merece (o no) permanecer en Estados Unidos.

Rodrigo, hija de padre filipino y madre estadounidense, creció en Los Ángeles, una ciudad imposible de imaginar sin inmigrantes. No ha sido la única artista en alzar la voz contra el uso de su música por parte del Gobierno estadounidense. En 2019, Rihanna exigió al presidente Donald Trump que dejara de poner sus canciones en sus mítines, después de descubrir que Don’t Stop the Music sonaba en actos donde se promovían políticas anti migrantes. También Pharrell Williams envió una carta de cese y desistimiento al mandatario tras escuchar Happy en un acto político celebrado el mismo día de un tiroteo masivo. Adele, Queen, Neil Young, The Rolling Stones y Axl Rose han hecho lo propio en distintos momentos, reclamando el control sobre el sentido de sus canciones, no solo sobre sus derechos económicos.

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