Los casos de covid-19 suben en California, pero Washington dificulta el acceso a las vacunas
El brote ha provocado el regreso de las mascarillas en algunos condados del Estado. La proyección de crecimiento para el invierno sigue siendo incierta
Los casos de covid-19 están al alza en California. Las cifras oficiales indican que la tasa de positividad de la enfermedad en el Estado a inicios de septiembre fue del 12,83%, y registró un aumento del 7,05% con respecto a la primera semana de agosto. En el condado de Los Ángeles, los contagios subieron hasta un 14,83%; pero en el condado de Orange se redujeron hasta el 13,1%, con respecto al 18% de la semana anterior. En San Francisco, los casos positivos arrojaron un 8,1% en el mismo período.
Los datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) también señalaron niveles “muy altos” de coronavirus en aguas residuales de 14 entidades a nivel nacional: California, Texas, Florida, Carolina del Norte, Indiana, Carolina del Sur, Alabama, Luisiana, Connecticut, Utah, Nevada, Idaho, Hawái y Alaska, y Washington D.C.
Los ingresos hospitalarios por covid-19 también han crecido estas últimas semanas, pero el número de pacientes que buscaron atención médica a nivel estatal y en el condado de Los Ángeles fue inferior al de los brotes de covid-19 registrados en 2023 y 2024, según el Departamento de Salud Pública del condado. La tasa actual es de 3,93 ingresos por cada 100.000 habitantes.
“Parece que nos estamos acercando al pico de la ola, pero podrían pasar aproximadamente dos semanas más hasta que sepamos realmente si hemos llegado a ese punto”, declaró la Dra. Elizabeth Hudson, jefa médica regional de enfermedades infecciosas del complejo Kaiser Permanente del Sur de California, a Los Angeles Times.
Caos en la vacunación a nivel nacional
Mientras esto sucede, la gestión del secretario de salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., sigue empeñada en dificultar la vacunación contra la covid-19. Una nueva regla de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) obliga a las personas menores de 65 años a presentar una receta médica para vacunarse. Este requisito se ha convertido en un obstáculo para cientos de estadounidenses que han acudido por su dosis y han sido inesperadamente interpelados sobre su historial de salud.
El viernes pasado, la cadena de farmacias CVS indicó que se necesita una receta para vacunarse contra la covid-19 en Arizona, Florida, Georgia, Luisiana, Maine, Carolina del Norte, Nuevo México, Nueva York, Pensilvania, Utah, Virginia, West Virginia y el Distrito de Columbia. Solo Nuevo México, Nevada, Nueva York y Pensilvania quedan eximidos por regulaciones estatales. Los mayores de 65 años también están exentos en todos los territorios mencionados.
La pugna de los Estados con el Gobierno federal por las vacunas ha generado la creación de la Alianza de Salud de la Costa Oeste, conformada por Hawái, California, Washington y Oregón, destinada a proporcionar orientación sobre inmunización con base científica como alternativa a los CDC. Estos cuatro gobiernos estatales con administraciones demócratas están denunciando el “desmantelamiento” de la institución que solía velar por la salud de los ciudadanos. “La ausencia de un liderazgo federal consistente y con base científica representa una amenaza directa para la seguridad sanitaria de nuestra nación”, se puede leer en un comunicado difundido por el gobernador de California, Gavin Newsom.