Manolo Jiménez consolida el poder del PRI en Coahuila con una victoria aplastante
El candidato de la alianza del tricolor con el PAN y el PRD aventaja por más de 30 puntos a sus rivales. Guadiana reconoce la derrota y lo achaca a la “injerencia” del gobernador
El PRI ha consolidado este domingo su poder en uno de los últimos bastiones que le quedan en México. Manolo Jiménez Salinas ha ganado las elecciones a la gubernatura de Coahuila; y la victoria aplastante que ha conseguido llevará al Estado a cumplir un siglo en manos del partido tricolor. El candidato de la alianza del PRI, PAN y PRD ha vencido con el 56,5% de los votos al candidato de Morena, Armando Guadiana, que ha sacado el 21,4%; a...
El PRI ha consolidado este domingo su poder en uno de los últimos bastiones que le quedan en México. Manolo Jiménez Salinas ha ganado las elecciones a la gubernatura de Coahuila; y la victoria aplastante que ha conseguido llevará al Estado a cumplir un siglo en manos del partido tricolor. El candidato de la alianza del PRI, PAN y PRD ha vencido con el 56,5% de los votos al candidato de Morena, Armando Guadiana, que ha sacado el 21,4%; al del PT, Ricardo Mejía, que ha quedado tercero con el 13,5% de los votos; y al del Partido Verde, Lenin Pérez, que finalizó con el 5,8%, con el 87% del escrutinio hecho. En medio de la avanzada de Morena en todo el país, Jiménez ha celebrado el triunfo apapachado por los líderes nacionales de los tres partidos que representa. “Todos son parte de este triunfo”, ha lanzado en los festejos desde Saltillo.
El “peñanietito”, como le llamaban sus rivales, ha arrasado en las urnas. Después de unos meses de una intensa campaña que evocaba la figura de Enrique Peña Nieto en la candidatura a la presidencia de 2012, Jiménez ha sabido capitalizar su buena imagen. Joven, apuesto, y siempre arreglado, el expresidente municipal de Saltillo ha apuntalado su nueva victoria en el encanto que despierta en el público y en la enorme aprobación que tienen los coahuilenses de la gestión del actual gobernador priista, Miguel Ángel Riquelme. El candidato electo ha logrado además ser el abanderado de la coalición e incluir en su proyecto a sus ahora socios, el PAN y el PRD, contra quienes el PRI siempre había competido en el Estado.
“Hicimos una gran campaña basada en la unidad”, dijo el gobernador electo en una conferencia este domingo cuando apenas comenzaban a aparecer las tendencias del recuento. “Fuimos más allá de una alianza político-partidista. Y lo convertimos en un gran frente invencible”, agregó. La elección deja a Coahuila como uno de los últimos dos Estados gobernados por el PRI, junto con Durango. Jiménez celebró por la noche, con los resultados abrumadores en la mano, que la alianza haya ganado en los 16 distritos donde se peleaban las diputaciones del Congreso local. En su discurso, Manolo tendió una mano además a sus contrincantes, a quienes llamó a buscar un punto de encuentro para trabajar de cara al futuro.
La celebración se llevó a cabo en un parque de la capital del Estado, en la que el candidato estuvo acompañado de Alejandro Alito Moreno, presidente nacional del PRI; Jesús Zambrano, presidente del PRD; y Marko Cortés, líder nacional del PAN. Los tres acompañaron esta tarde a la candidata a la gubernatura del Estado de México, Alejandra del Moral, pero ante la inminente derrota en esa entidad, se movilizaron al norte del país para sumarse a los festejos en Coahuila. “Solo me queda decirles que estamos muy contentos de estar aquí”, ha dicho Zambrano desde el escenario, “no quisimos dejar de venir a festejar este triunfo”. Ninguno de los tres líderes nacionales mencionó el fracaso en el Estado de México. Pero sí se animaron a augurar un buen futuro para las elecciones presidenciales del próximo año. Cortés aseguró que el resultado enviaba un mensaje a Palacio Nacional: “Vamos con todo para ganar en 2024 la presidencia de la República”. Moreno agregó: “Hoy el país no va bien, y necesitamos sumar esfuerzos”.
La elección en Coahuila viene disfrazada de presagio para las presidenciales de 2024. La alianza gobernante no logró unificarse frente a un candidato fuerte como Jiménez, que siempre aventajó en las encuestas al resto por una amplia diferencia. La división de Morena y sus aliados marcó la campaña a partir de que en diciembre pasado el partido anunciara que el ganador de su encuesta interna y futuro candidato era Guadiana. La respuesta de Mejía, entonces subsecretario de Seguridad de Andrés Manuel López Obrador, fue denunciar que el proceso estaba “amañado” y que se presentaría como candidato del PT. A eso se le sumó más tarde la decisión del Partido Verde de acompañar a Lenin Pérez, en lugar de agruparse con la formación del presidente.
Las fracturas al interior de la alianza gobernante mermaron todas las posibilidades que tenía Morena de ganar el Estado. Las dirigencias nacionales del PT y Verde se echaron para atrás en la recta final de la campaña y declinaron a favor de Guadiana, pese a que sus candidatos se negaron a bajarse de la contienda. La jugada, que se negoció en Ciudad de México, a cientos de kilómetros de Coahuila, no alcanzó para arrebatarle el Estado al PRI.
La jornada electoral ha sido tranquila en Coahuila, a excepción de algunos desencuentros y acusaciones al Gobierno de Riquelme. Tanto Guadiana como Mejía pasaron los últimos días denunciando detenciones arbitrarias y amedrentamiento a sus seguidores. Este domingo, Morena informó que habían arrestado a 27 de sus colaboradores y acusó “desapariciones forzadas”. El gobernador justificó que eran personas que viajaban en “vehículos sin placas, con placas de otra entidad federativa y con dinero en efectivo”. Guadiana reclamó su liberación y señaló que eran personas honestas. “El único delincuente es el gobernador”, acusó en conferencia de prensa.
Con los resultados perfilados, los candidato de Morena y el PT reconocieron la derrota y volvieron a cargar contra el jefe del Ejecutivo estatal. Guadiana aseguró que su fracaso había sido “consecuencia de la injerencia descarada” del gobernador. “No es posible que hayan detenido a treinta y tantas personas en el curso del día de ayer y de hoy”, reclamó. “Eso ha hecho mella”. El empresario de la minería ya había perdido esta misma elección en 2017, cuando salió tercero, con apenas el 11% de los votos, por detrás del PRI y del PAN. En sus mítines, camino a las urnas, se respiraba un fervor por la Cuarta Transformación, un entusiasmo que no lograba generar él mismo. “Hubiésemos preferido a otro candidato”, decían entonces seguidores del partido del presidente a este periódico.
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