México mira el mercado de gas natural con ansiedad ante la llegada del invierno

La pandemia ha hecho estragos en la producción de gas natural licuado en Estados Unidos, principal suministrador del combustible a México

Personas hacen fila para llenar sus tanques de propano vacíos en Houston, Texas el 16 de febrero.Brett Coomer (AP)

El recuerdo de lo ocurrido el invierno pasado tiene nerviosos a operadores de mercado, analistas y observadores del sector energético en México. En febrero, una helada histórica en el sureste de Estados Unidos y en el norte de México paralizó el suministro de gas natural, dejando a oscuras y con frío a miles de personas en ambos países durante semanas, de manera intermitente. Además, está el precedente en Europa, en donde la llegada del frío este año, junto co...

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El recuerdo de lo ocurrido el invierno pasado tiene nerviosos a operadores de mercado, analistas y observadores del sector energético en México. En febrero, una helada histórica en el sureste de Estados Unidos y en el norte de México paralizó el suministro de gas natural, dejando a oscuras y con frío a miles de personas en ambos países durante semanas, de manera intermitente. Además, está el precedente en Europa, en donde la llegada del frío este año, junto con la baja en la producción de combustibles por la pandemia, dispararon los precios de la electricidad.

Especialistas esperan mejores condiciones climatológicas este invierno que el año pasado, pero eso no garantiza estabilidad en los precios del gas natural estadounidense del que México depende para encender las luces. Un reciente informe de la Comisión Reguladora de Energía Federal en EE UU (FERC por sus siglas en inglés) anticipa un incremento de 103% en el precio promedio de contratos del combustible a futuro este invierno en comparación con el pasado. La recuperación económica en EE UU y Europa llevará a un incremento en la demanda, mientras que los problemas de escasez de trabajadores y desequilibrios económicos ocasionados por la pandemia siguen haciendo estragos, limitando la producción.

“Por lo que vimos en febrero, hay una sensación de nerviosismo entre traders,” dice Eduardo Prud’Homme, antiguo gestor técnico del Centro Nacional de Control de Gas Natural y consultor especialista independiente. El episodio del invierno pasado, cuando los precios llegaron a aumentar 7.700%, rompió con todo paradigma de qué tanto y qué tan rápido pueden fluctuar los precios del gas natural en un mercado global, explica Prud’Homme. “Se manejan estas barreras psicológicas que llamamos pisos o techos en los precios, los límites que piensas ‘este precio no puede bajar o subir más allá de tal precio’, pero lo que nos pasó en febrero hizo que esos techos se volvieran una broma. Fue una cosa espeluznante”, agregó el especialista.

Antes de la pandemia, el precio del índice referencia del gas natural producido en Texas, el principal productor en ese país, fluctuaba entre tres y cuatro dólares. Ahora, Prud’Homme estima que los precios ronden entre ocho y nueve dólares por millón de BTU. “Y si hay una pequeña crisis podríamos ver precios por arriba de los 10″, apunta. El año pasado, los precios alcanzaron los 400 dólares por millón de BTU.

Los confinamientos de la pandemia, las infecciones y muertes por la covid-19, así como la migración al teletrabajo, reconfiguró la economía mundial. Como consecuencia, países desarrollados están viendo una escasez de trabajadores en algunos sectores. En el sector gasero, la volatilidad en precios llevó a muchas empresas a cerrar sus operaciones y sus pozos de manera permanente, por lo que la baja producción por la pandemia no se ha recuperado. La volatilidad en este mercado llegó para quedarse, por lo menos, en los próximos 18 meses, como reportó la revista especializada Natural Gas Intelligence.

“El mercado se está haciendo global”, explica Prud’Homme, y esto para México implica pagar cada vez más por un gas natural licuado (GNL) que ahora también le interesa a Asia y a Europa. “El GNL que se está produciendo en la costa Golfo de EE UU, empieza a ser un jugador importante en el balance global, y por lo tanto, el precio lleve ya consigo un costo de oportunidad”. Es decir, las empresas que hoy producen gas natural pueden venderle al vecino al sur, México, o cobrar más para exportarlo hasta Asia o Europa, en donde, por la pandemia, tienen una muy alta demanda del combustible. Cerca del 60% de la electricidad generada en México se genera con gas natural y es el principal comprador del combustible de Texas en el mundo.

La Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha caído en impago por el combustible comprado el invierno pasado al banco de inversión Goldman Sachs y a la empresa comercializadora WhiteWater Midstream. Ambas empresas, de manera independiente, iniciaron procesos de arbitraje contra la empresa del Estado. Sin embargo, apunta Prud’Homme, la dependencia del país en el gas estadounidense no ha cambiado desde el año pasado. Petróleos Mexicanos, la petrolera estatal, está altamente endeudada y consume casi todo el gas natural que produce. “Entonces no hay forma de responder con una oferta domestica adicional y lo único que podemos hacer es importar gas”, explica el especialista.

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