El ‘streaming’ infinito
Jaime Cuenca
Filósofo español e investigador en el Instituto de Estudios de Ocio de la Universidad de Deusto. Autor de 'El valor de la experiencia de ocio en la modernidad tardía' (Deusto digital)
“Es urgente que nuestro ocio recupere el tiempo de espera y el aburrimiento”
No podemos abolir la espera y el aburrimiento sin que esto tenga consecuencias. Con el estado de alarma, dos deberes negativos se hicieron visibles en toda su severidad: el bienestar del cuerpo social dependía de no contagiarse y de no aburrirse.
Un gran número de instituciones y particulares se conjuraron para proveer de contenidos a los confinados a través de las varias pantallas en cada hogar. Pese a las diferencias en el acceso –gratuito o de pago– y en el contenido –yoga, cocina, conciertos, películas, pilates, conferencias–, emergió un frente multiforme que iba de PornHub al Prado. Se luchaba contra el aburrimiento a través de la provisión de contenidos online. En pocos días, el paradigma Netflix demostró su potencia para llenar el mundo entero del ocio: cada usuario controla el tiempo y la duración del consumo; hay una renovación constante de contenidos; se oferta una preselección de las opciones por recomendación; y hay una adaptación al formato de breves e intensas unidades que pueden ordenarse en serie. Fuera de nuestras casas, este streaming (arroyo, corriente, flujo) ya llenaba el tiempo en el transporte público o en las colas (y volverá a llenarlo). Dentro de nuestras casas, el streaming se ha desbordado y ocupa casi todo.
Paradójicamente, el control de nuestro tiempo produce la impresión de que nos falta: una sucesión ilimitada de estímulos renovados no cabe en ninguna extensión temporal determinada (da igual cuán larga sea). Paradójicamente, a pesar de lo interesante que puedan ser los contenidos en oferta, su disponibilidad incesante los hace redundantes y triviales. Esa corriente continua de recomendaciones nos priva del hallazgo fortuito que amplía nuestros horizontes de interés. También nos evita un esfuerzo que añadiría valor al contenido.
Pero con el confinamiento hemos aprendido también a usar el horno, y una simple barra de pegamento es de lo más vendido en Amazon. Son signos esperanzadores, porque urge que nuestro ocio tolere de nuevo los tiempos de espera, el resultado imperfecto… y, sí, también el aburrimiento.
Créditos
Edición y Coordinación: Joseba Elola, Carmen Pérez-Lanzac, Braulio García Jaén, Carla Mascia, Andrea Aguilar, Pablo de Llano, Jorge Morla, Ángeles Lucas, Pablo León, Jesús Alborés.
Dirección de arte: Fernando Hernández
Ilustraciones: Sr. García
Fotografía: Carmen Guri y Almudena Martín
Desarrollo: Jacinto Corral
Frontend: Alejandro Gallardo
Traducciones: News Clips y María Luisa Rodríguez Tapia