EL PAÍS
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Lo que
queda del franquismo

En un portal, a 400 metros del estadio Santiago Bernabéu, en el número 11 de la avenida de Concha Espina (Madrid) se lee: “FNFF”. En la tercera planta de ese edificio está la fundación dedicada al dictador, siete habitaciones repletas de bustos y vestigios de cuatro décadas de dictadura

¿Quién pone flores frescas en
la tumba del dictador?

Secretos, verdades y mentiras del Valle de los Caídos: ¿Qué dice el cura en las misas de la basílica?, ¿quién manda allí?, ¿se pueden trasladar los restos de Franco?, ¿Hay un hombre vivo enterrado en el Valle?...

Una larga y cruel agonía

En poco más de un mes, y con 82 años en su castigado cuerpo, Franco sufrió varios infartos y tres operaciones a vida o muerte. Juan Goytisolo evocó así la muerte del Generalísimo: "Era torturado cruelmente por una especie de justicia médica compensatoria de la injusticia histórico-moral que le permitía morir de vejez, en la cama"

Un paseo por Barcelona

"En una Demostración Sindical organizada por el Gobierno el Primero de Mayo, Franco pasó por delante de mí, a menos de un metro de distancia. Fue algo fugaz e inverosímil"

Las huellas en Madrid

El paseo de la Castellana acogió sus desfiles militares, el hospital de La Paz su agonía. Un recorrido por los edificios madrileños que tuvieron relación directa con el dictador

Cosmo Press
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La ley de
Memoria histórica

(Articulo 1)

“La presente Ley tiene por objeto reconocer y ampliar derechos a favor de quienes padecieron persecución o violencia, por razones políticas, ideológicas, o de creencia religiosa, durante la Guerra Civil y la Dictadura, promover su reparación moral y la recuperación de su memoria personal y familiar”

Fotografía de unas botas usadas
Botas pertenecientes a José Antonio Rivas Carballés, asesinado el 4 de septiembre de 1963 y enterrado en una fosa en San Mamede do Río (Lugo). Los huesos de sus pies aún permanecían dentro cuando se rescataron. / Sofía Moro

Tal
como
éramos

Por Rosa Montero | Foto: Chema Conesa

La vida de los españoles en 1975 cambiaba vertiginosamente entre manifestaciones, detenciones, ejecuciones, protestas, secuestros de periódicos, suspensiones de conciertos... Tiempos en los que el mundo parecía moverse bajo los pies. Así lo recordó la escritora Rosa Montero, a los diez años de la muerte de Franco, en el periódico EL PAÍS