Investigación de la Universidad de Concepción evalúa efecto de sequía en variedades de porotos cultivados en Chile
El proyecto brinda información para producir semillas adaptadas a ambientes cambiantes, pensando en la protección de los recursos vegetales y en la seguridad alimentaria
En un contexto de cambio climático y escasez hídrica, la Universidad de Concepción (UdeC) está desarrollando un proyecto pionero, el cual busca mejorar la resistencia de las variedades de poroto cultivadas en Chile ante condiciones de sequía terminal.
El equipo de investigación, liderado por el académico de la facultad de Agronomía, el doctor Nelson Zapata San Martín, ha obtenido resultados preliminares que revelan que el poroto tipo blanco español muestra un mejor rendimiento, en escenarios de disponibilidad limitada de agua.
El proyecto de UdeC llamado Incidencia de la sequía terminal en el crecimiento de diferentes genotipos de poroto cultivados para grano seco en Chile, ha comenzado con una serie de experimentos de campo realizados en la región de Ñuble, que junto con las de Maule y Biobío concentran cerca de dos tercios de los cultivos de esta legumbre en el país. De ahí la importancia de las proyecciones de este estudio para la zona.
Al respecto, Zapata sostiene que la sequía terminal es una estrategia que usan países como Estados Unidos para evaluar la respuesta de los cultivos de poroto a ambientes cada vez más secos, probando las semillas de nuevas variedades antes de liberarlas al mercado.
La investigación consiste en interrumpir el riego a partir de la aparición de las flores y el inicio del período reproductivo. “Los riegos se efectúan de forma normal hasta la floración y luego el agricultor deja de regar hasta que llega la cosecha”, indica Zapata, quien es doctor en ingeniería agrícola.
Esta reducción programada del riego genera una situación parecida a la que viven los cultivos de poroto en climas templados, como es el caso de Chile, donde es común que existan episodios de sequía en la fase reproductiva.
La producción de esta legumbre en todo el mundo registra pérdidas cercanas a un 80% debido a la sequía que, entre otras cosas, provoca una baja en la acumulación de biomasa y el crecimiento en las plantas, así como una reducción del índice de cosecha, el número de vainas y semillas, así como del peso de los granos y su rendimiento, comenta el agrónomo.
Estudios de campo
En su primer año de desarrollo, la investigación completó el primero de dos ciclos de cultivo contemplados en el proyecto. “Ahora vamos por el segundo, en el que se replica el experimento, para observar posibles variaciones en el comportamiento de las distintas variedades por posibles cambios ambientales”, señala Zapata..
Los experimentos consisten en realizar cultivos de las distintas variedades con riego normal y otros con sequía terminal, evaluando distintos parámetros.
Con un 50% de avance, el estudio revela que -al igual como se registra en otras latitudes- existe un comportamiento diferenciado de los distintos tipos de poroto a la falta de agua, a partir de la época de floración.
“Hay variedades que tienen mejor respuesta en términos de rendimiento. Tenemos algunos materiales que son bastante promisorios y tienen que ver con las variedades que llamamos del tipo blanco, que cuentan con bastante aceptación en los consumidores nacionales”, comenta el investigador.
El experto adelantó que falta evaluar en detalle la productividad y rendimiento total de los cultivos, avanzar en los estudios sobre la calidad de los granos en términos del tiempo de cocción y la absorción de agua, y en aspectos nutricionales como el contenido de polifenoles y actividad antioxidante.
Otro elemento que considera el proyecto es el análisis de la relación entre sequía y anti nutrientes que están naturalmente en leguminosas, como son los inhibidores de las tripsina y la quimotripsina, enzimas relacionadas con el proceso digestivo, un tema poco estudiado.
También está el ácido fítico, que interfiere en la adecuada absorción de nutrientes y, que como se ha observado, aumenta con la sequía.
El equipo de trabajo está integrado por investigadores de la Facultad de Agronomía, los doctores María Dolores López Belchí y Mauricio Schoebitz Cid, además del estudiante de Magíster, Matías Sánchez Pedreros. También cuenta con el apoyo de los especialistas del Programa de Mejoramiento Genético de Leguminosas de Grano del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA), Kianyon Tay, y de la Universidad de Nebraska (Estados Unidos), el doctor Carlos Urrea Florez.