Cristina Kirchner reaparece con duras críticas a Milei y mensajes de unidad al peronismo
“Más que anarcocapitalismo me suena a anarcocolonialismo”, ha dicho la líder kirchnerista sobre las políticas del presidente ultraderechista, a quien le pide un golpe de timón
La nueva ubicación de la estatua más conocida del expresidente Néstor Kirchner refleja la pérdida de poder del kirchnerismo en la actual política argentina. En los últimos cuatro años, la escultura recibió a los visitantes en el mayor centro cultural de Argentina, el colosal Centro Cultural Kirchner, situado a pocos metros de la sede del Gobierno. Ahora, con Javier Milei en el poder, el centro cultural cambiará de no...
La nueva ubicación de la estatua más conocida del expresidente Néstor Kirchner refleja la pérdida de poder del kirchnerismo en la actual política argentina. En los últimos cuatro años, la escultura recibió a los visitantes en el mayor centro cultural de Argentina, el colosal Centro Cultural Kirchner, situado a pocos metros de la sede del Gobierno. Ahora, con Javier Milei en el poder, el centro cultural cambiará de nombre y la estatua ha sido desplazada a un microestadio de Quilmes, en la periferia sur de Buenos Aires. Desde allí habló este sábado su viuda y expresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, con duras críticas a Milei y mensajes dirigidos también al peronismo, sumido en peleas internas por el liderazgo desde la derrota electoral de noviembre.
“Me decidí a venir acá para reflexionar sobre el experimento anarcocapitalista y el inútil sacrificio al que está siendo sometido nuestro pueblo”, dijo Fernández de Kirchner en el arranque de su primer acto público desde que Milei asumió la Presidencia. “Más que a anarcocapitalismo me suena a anarcocolonialismo”, señaló la referente kirchnerista al criticar que la recuperación económica planteada por Milei pone énfasis en la exportación de materias primas como petróleo, gas, minerales y productos agropecuarios sin valor agregado ni investigación y desarrollo asociados.
La expresidenta habló durante poco más de una hora, en un discurso en el que arremetió contra las consecuencias del gran recorte del gasto público aplicado por Milei para sanear las cuentas públicas y bajar la inflación: “Te puede haber votado el 60%, pero si después, cuando sos gobierno, la gente se caga de hambre, pierde el trabajo, aumenta la desocupación, no puede llegar a fin de mes, ¿de qué sirve?”.
La dirigente kirchnerista advirtió de que el superávit alcanzado en el primer trimestre no es sostenible porque el Ejecutivo ha contraído deudas con las provincias, con las universidades, con el organismo regulador de energía eléctrica y con las empresas de obras públicas, entre otras. “Es como si ustedes en su casa, después de no pagar el gas, la luz, expensas, a la señora que trabaja y la niñera, digás: ‘engo superávit’. No, hermano, no tenés superávit, mirá todo lo que debés”, ejemplificó antes de pedir al presidente que dé un golpe de timón.
Respuesta de Milei
El presidente argentino respondió a través de las redes. “La gente se caga de hambre porque ustedes durante décadas defendieron un modelo que se basaba en gastar sin límites y falsificar dinero para tapar el agujero”, tuiteó Milei. “¿De qué sirve lo que estamos haciendo? Sirve para reconstruir el país que ustedes destruyeron”, agregó.
En el acto, al que asistieron miles de personas, Fernández de Kirchner estuvo secundada por la alcaldesa de Quilmes, Mayra Mendoza, y en primera fila la escuchaban numerosos referentes del kirchnerismo, entre ellos dos de las figuras mejor situadas para sucederla: su hijo, Máximo Kirchner, respaldado por la agrupación La Cámpora, y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, quien ostenta el cargo ejecutivo de mayor responsabilidad a día de hoy dentro del espacio. Estaban los dos, pero separados, una evidencia más de las diferencias existentes entre ellos pese a los llamados a la unidad.
“Quiero pedirle a todos, por favor, aunemos esfuerzos que no nos vuelvan a convertir a la Argentina en un páramo de desocupados, con científicos que se van”, dijo la expresidenta en un mensaje dirigido a sus propias filas. “Cuando en Avellaneda dije que cada compañero tiene en su mochila un bastón de mariscal no era para dárselo en la cabeza a otro compañero, sino para que salga a la calle y explique todo esto”, insistió al final. La política, a sus 71 años, es la jefa indiscutida del kirchnerismo, la corriente de centro-izquierda que ha liderado el peronismo en las últimas dos décadas. Sin embargo, cada vez son más quienes piden ―en público y en privado― que le dé mayor protagonismo al gobernador bonaerense para que gane influencia en el armado político. La oposición de Máximo Kirchner tensa la cuerda.
A su vez, el kirchnerismo es discutido dentro del peronismo por las demás corrientes, como la encabezada por gobernadores provinciales más conservadores y la que se aglutina alrededor del ex candidato presidencial Sergio Massa. Mientras el kirchnerismo ejerce una oposición férrea al oficialismo en el Congreso, los segundos tienen una postura mucho más dialogante.
“Hoy, en el peronismo no hay un liderazgo nacional”, asegura el politólogo Facundo Cruz. “El liderazgo que ejerce Cristina encuentra resistencia en los otros liderazgos provinciales. Está en un momento justamente de renovación, de transición hacia un liderazgo nacional”, agrega.
Las diferencias internas se extienden al resto de partidos de la oposición. La alianza formada por el Pro con la UCR y Coalición Cívica, que llevó al poder a Mauricio Macri en 2015, se ha resquebrajado por la división de opiniones respecto a Milei. Algunos cuadros del Pro se han integrado al Gobierno de ultraderecha, como Patricia Bullrich al frente del Ministerio de Seguridad y Luis Petri en el de Defensa, mientras que en el Congreso hay una alianza de facto para apoyar todas las iniciativas oficialistas. La UCR, en cambio, vota dividida. La oposición de su sector más moderado fue clave para el rechazo en el Senado del megadecreto de necesidad y urgencia de Milei. Algunos tantean incluso la creación de una nueva fuerza de centro con adhesiones de otros partidos.
Hacia las elecciones de 2025
Sin una coalición formal, la suerte del conservador Pro parece atada al éxito o el fracaso de la ultraderecha de Milei. Mientras, las encuestas muestran que las divisiones entre radicales les pasarán factura. Algunos analistas, como Sergio Morresi, señalan que es probable que en las elecciones legislativas de 2025 ambos partidos sufran una sangría de votantes hacia Milei. “Por primera vez en muchos años se vio una fila para afiliarse”, dice Morresi en referencia al lanzamiento del partido de Milei, La Libertad Avanza, en Buenos Aires unas semanas atrás. “Eran solo miles de personas, pero en este momento, hacer fila para afiliarse a un partido es algo extraño. Y buena parte de las personas no eran jóvenes, era gente de 40, 50, 60 años que venía de ser afiliada al radicalismo, al Pro, que ahora es mileísta, gente que está migrando”, advierte.
Milei, un economista de 53 años, llegó a la presidencia con un partido creado dos años antes y sin experiencia política previa. La popularidad que retiene ―cercana al 50%―, tras haber hecho el mayor ajuste fiscal de las últimas décadas; contrasta con la de las principales figuras opositoras. “Hoy, Cristina tiene más rechazo que aprobación, lo mismo le ocurre a Sergio Massa y a Mauricio Macri; tres liderazgos que estuvieron presentes en los últimos 20 años de la política argentina”, subraya Cruz. La oposición, enredada en divisiones internas, no encuentra por ahora quién haga frente a Milei.
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