Comercio bilateral entre México y EE UU

La espada de Damocles del proteccionismo pende sobre la rica relación comercial entre México y EE UU. La firma del Tratado de Comercio de América del Norte (TLCAN), en 1994, y el apetito inversor de las empresas radicadas en EE UU han convertido a México en un polo industrial perfectamente integrado en las cadenas de valor estadounidenses. Ese rápido proceso de integración económica está hoy, al igual que la relación diplomática bilateral, en punto muerto: la renegociación del TLCAN y la amenaza de aranceles ha desatado las dudas en México y EE UU y han hecho peligrar la inversión extranjera directa de Washington, una variable clave en un país que exporta el 80% de su producción a EE UU y Canadá.