Los latinos tienen un 24% más de probabilidades de morir en accidentes laborales que el resto de la población
La desigualdad evidencia las diferencias en la seguridad otorgada por los empleadores en diferentes sectores. La construcción es el gremio más peligroso
Un carguero de 300 metros chocó contra el mayor puente de la ciudad portuaria de Baltimore el 26 de marzo. La pasarela, que estaba en obras de mantenimiento, se derrumbó en cuestión de segundos. Hubo seis muertos, los únicos que no fueron evacuados tras la señal de alarma del barco. Todos eran trabajadores latinos, de México, Guatemala y Honduras. Las imágenes de la monumental estructura convertida en escombros de concreto y acero doblado se tomaron las primeras planas, pero el suceso también esconde una dura realidad con la que conviven miles de trabajadores latinos e inmigrantes en Estados Unidos. Por una variedad de factores, tienen un 24% más de probabilidades de morir en accidentes laborales que el resto de la población.
Los latinos lideran la lamentable estadística por quinto año consecutivo, pero además los números de muertes aumentan cada vez más. Así lo refleja el estudio “Muerte en el trabajo: el costo del abandono, 2024″, publicado recientemente por la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO, por sus siglas en inglés). Esta investigación se ampara en datos del 2022, un año en el que se registraron 344 trabajadores fallecidos por día debido a las condiciones de trabajo y enfermedades profesionales crónicas.
Pero lo más sobresaliente es la disparidad en los accidentes laborales mortales que sufren los hispanos, comparados con otros colectivos. Los latinos son, con muchísima diferencia, los que más mueren trabajando en Estados Unidos. Los últimos datos contabilizan 1.248 hispanos fallecidos mientras cumplían sus labores profesionales, lo que supone un incremento del 24% en el riesgo de muerte en comparación con hace una década. El segundo colectivo más afectado son los negros, con 734 muertes registradas. Aunque están muy por detrás de los latinos, se trata del número más alto de víctimas negras en el trabajo en los últimos 15 años.
“Este informe expone una crisis urgente para los trabajadores de color y reafirma lo que desde hace mucho tiempo sabemos: cuando hablamos de justicia para los trabajadores, debemos priorizar la equidad racial”, señaló Fred Redmond, secretario de la AFL-CIO. “El hecho de que los trabajadores latinos y negros siguen muriendo en el trabajo a tasas desproporcionadas evidencia el fracaso de los empleadores en protegerlos. Debemos promover la seguridad, la salud y la equidad para todos los trabajadores”.
Una pista sobre la posible causa de la alta mortalidad entre trabajadores de origen hispano se encuentra en otro de los datos del estudio: la tasa de mortalidad laboral de los trabajadores autónomos es tres veces mayor que la de los trabajadores asalariados, ya que no están cubiertos por la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA, por sus siglas en inglés). Estos latinos que trabajan de forma autónoma o como contratistas (la mayoría de ellos inmigrantes) podrían tener miedo de perder el trabajo si denuncian la peligrosidad de las condiciones laborales a las que deben enfrentarse, lo que los lleva a asumir riesgos que les cuestan la vida.
“Demasiados trabajadores se enfrentan a represalias por denunciar condiciones de trabajo inseguras o lesiones”, apunta Liz Schuler, la actual presidenta de la AFL-CIO. “Las alarmantes disparidades en las muertes en el lugar de trabajo entre los trabajadores de color son inaceptables, sintomáticas de una inequidad racial profundamente arraigada y la necesidad de prestar mayor atención a las industrias peligrosas que tratan a los trabajadores como si fueran desechables.” En este sentido, muchos trabajadores hispanos se encuentran completamente desprotegidos y en una clara situación de desventaja en relación con el resto.
Otro dato que ayuda a explicar el mayor riesgo de los trabajadores latinos es que la industria de la construcción es la causante del mayor número de muertes laborales. Según Portia Wu, secretaria de trabajo de Maryland, en declaraciones a WYPR, esta industria “representa solo el 5% de los trabajadores en Maryland, pero constituye aproximadamente el 30% de las muertes.” Teniendo en cuenta que alrededor de dos tercios de los trabajadores del sector son latinos, y muchos de ellos inmigrantes sin papeles, la estadística cobra más sentido. Este grupo suele asumir los trabajos más duros y arriesgados debido a su precaria condición y prácticamente inexistentes derechos. De hecho, el 60% de los latinos fallecidos por accidentes laborales son inmigrantes.
La responsabilidad de estas muertes recae tanto en las empresas, encargadas de propiciar un entorno seguro para sus trabajadores, como en el Gobierno, que es el que debe establecer regulaciones para estas empresas y sanciones más severas para las que las incumplan. El punto de mira está ahora en qué medidas incluirán en sus programas los candidatos a las próximas elecciones presidenciales y qué importancia darán a este problema, cada vez más alarmante.