¿Qué se necesita para ser una marca de lujo?
Transformarse en una marca de lujo no es sólo un objetivo, sino también un compromiso a largo plazo. Requiere inversiones sustanciales en diseño, tecnología y marketing, así como un entendimiento profundo del consumidor al que se quiere llegar
El camino hacia el lujo es arduo, pero para las marcas que lo emprenden con visión, la recompensa puede ser monumental. En el mundo del automovilismo, el lujo no es sólo una categoría: es una promesa de excelencia. En un mercado automotriz cada vez más competitivo, el salto de ser una marca de autos “mainstream” a convertirse en una marca de lujo no es tarea sencilla. Requiere más que un diseño elegante o un precio elevado; es una transformación integral que abarca la identidad de marca, la experiencia del cliente, la tecnología y una visión estratégica clara.
Para lograrlo hay que desarrollar innovación tecnológica sin precedentes, ofrecer experiencias personalizadas, desde configuraciones únicas del vehículo hasta un servicio al cliente excepcional; realizar también colaboraciones con marcas de moda, eventos exclusivos y una presencia digital impecable que pueden ayudar a consolidar la percepción de lujo. Sin embargo, las marcas que logran establecerse en este segmento disfrutan de márgenes más altos, mayor lealtad de los clientes y un prestigio difícil de igualar.
Una de las marcas que inicia este camino, es Mazda. Como parte de su estrategia de cara al 2030, la firma estableció como meta convertirse en premium. Para ello, el fabricante japonés lanzó dos SUV especialmente desarrollados para este competitivo segmento, que impresionan tanto por su calidad, como por su diseño, tecnología y seguridad.
El primero de ellos fue el CX-60 un SUV de 4,7 metros de largo desarrollado bajo el concepto Crafted in Japan y que estrenó una nueva evolución del diseño Kodo, que lo dota de una apariencia imponente e impactante en la que se nota la dedicación de los maestros Takumi -artesanos certificados de la marca con más de 25 años de experiencia- en cada detalle, quienes lograron una combinación perfecta de luces y sombras que le permiten mimetizarse con el entorno de manera armoniosa y le dan una apariencia única.
Su habitáculo también ha sido cuidadosamente diseñado, ofreciendo un amplio espacio interior y una funcionalidad muy intuitiva, que hace que los movimientos del conductor sean más sencillos para que no se distraiga de la conducción. A lo que suma materiales y terminaciones de gran calidad, además de un nivel de insonorización superlativo, lo que le da una grata atmósfera premium.
Mecánicamente la marca estrena una gama de motores que incluyen los nuevos propulsores MHEV en posición longitudinal de seis cilindros, 3,3 litros turboalimentados y con tecnología Skyactiv -uno a gasolina y otro diésel-, con 280 y 250 hp, respectivamente. A los que se suman un cuatro cilindros de 2,5 litros con 185 caballos y un 2,5 PHEV asistido por un motor eléctrico de 129 kW que ofrece una potencia neta combinada de 327 hp y 500 Nm de torque, a la vez que tiene un consumo mixto hasta 47,6 km/l con la batería totalmente cargada, pudiendo desplazarse en modo 100% eléctrico por hasta 76 kilómetros.
La transmisión, en tanto, corre por cuenta de una caja automática de ocho velocidades asociada a un sistema de tracción total que según el requerimiento puede funcionar como un vehículo eminentemente de tracción trasera para ofrecer una conducción más deportiva y entretenida.
El nuevo buque insignia
El segundo modelo desarrollado por Mazda para el segmento premium es el CX-90, un SUV con tres filas de asientos y 5,1 metros de largo, que se convirtió en su nuevo buque insignia.
Este imponente SUV estrenó una nueva evolución del estilo de diseño Kodo llamado “Dignified Beauty” y un habitáculo creado bajo el concepto “menos es más” para que el viaje sea más placentero para sus ocupantes, ofreciendo mayor espacio en las tres filas de asientos, además de materiales, texturas y terminaciones de excelente calidad. Elementos como el cuero Nappa y el diseño de las costuras en los acabados de tela que visten el tablero principal -cosidos siguiendo el tradicional patrón japonés llamado Kumihimo- son prueba del especial cuidado que pusieron los artesanos takumi en el desarrollo del interior.
Con el objetivo de ofrecer una sensación de manejo más deportiva y entretenida, el CX-90 equipa un nuevo motor gasolinero turboalimentado de seis cilindros en línea y 3,3 litros asociado a un sistema Mild Hybrid de 48 voltios (MHEV), que entrega 340 hp y 500 Nm de torque, siendo el propulsor de calle más potente en la historia de la marca, pese a lo cual ofrece un consumo mixto de hasta 11,9 km/l.
La transmisión, en tanto, corre por cuenta de una caja automática de ocho velocidades que, si bien traspasa la potencia a ambos ejes para asegurar la máxima tracción en todo tipo de caminos y situaciones, funciona eminentemente como un vehículo de tracción trasera para aumentar la sensación de deportividad.
Seguridad y confort premium
Tanto el CX-60 como el CX-90 cuentan además con un completo equipamiento de confort y seguridad, que incluye desde un sistema multimedia Mazda Connect con pantalla de 12″ con Android Auto y Apple CarPlay asociado a un equipo de sonido Bose y subwoofer, hasta el dispositivo i-Activesense que incorpora diversas asistencias avanzadas a la conducción.
Todos estos atributos le han permitido a Mazda posicionarse rápidamente en el segmento premium e incluso recibir diversos galardones por parte de la prensa especializada como “Mejor SUV” y “Recomendado 2024″ en los Premios Autocosmos y “Mejor SUV Grande 2024″, en el premio Los Mejores organizado por La Tercera.