Argentina ARG
2
Julián Álvarez 21', Messi 50'
Canadá CAN
0
Finalizado

Messi lleva a Argentina otra vez a la final de la Copa América

La albiceleste vence 2-0 a Canadá con goles del 10 y Julián Álvarez. El domingo defenderá el título que obtuvo en Brasil 2021 contra el ganador de Colombia - Uruguay

Lionel Messi vence al portero Crépeau y anota el segundo gol de Argentina, el 9 de julio.Sarah Stier (Getty Images)

Aunque pareció fútbol playa, con tanta arena repartida en el campo de juego del estadio de Nueva Jersey, Argentina avanzó a la final de la Copa América Estados Unidos 2024 y quedó a 90 minutos de un nuevo título. Con la mejor actuación en el torneo de Lionel Messi, recuperado en buena parte de la lesión que lo había disminuido a un papel casi secundario en los partidos anteriores, en especial en los dramáticos cuartos de final ante Ecuador, el campeón del mundo dio un golpe de autoridad y venció 2-0 a Canadá en una semifinal plácida, casi como si fuera un partido de primera fase. De hecho, en el debut en la Copa, Argentina también había superado 2-0 al mismo rival.

ARGArgentina
2
Emiliano Martínez, Gonzalo Montiel (Nahuel Molina, min. 70), Nicolás Tagliafico (Nicolás Otamendi, min. 63), Cristian Romero, Lisandro Martínez, Rodrigo De Paul, Enzo Fernández, Ángel Di María (Nicolás González, min. 77), Alexis Mac Allister (Exequiel Palacios, min. 77), Lionel Messi y Julián Álvarez (Lautaro Martínez, min. 77)
CANCanadá
0
Maxime Crépeau, Derek Cornelius, Alistair Johnston, Moïse Bombito, Alphonso Davies (Jonathan Osorio, min. 70), Stephen Eustaquio (Mathieu Choinière, min. 71), Richie Laryea (Ali Ahmed, min. 54), Ismaël Koné, Jacob Shaffelburg (Liam Millar, min. 54), Jonathan David (Tani Oluwaseyi, min. 63) y Cyle Larin
Goles 1-0 min. 21: Julián Álvarez. 2-0 min. 50: Messi
Arbitro Piero Maza
Tarjetas amarillas Jonathan David (min. 31), Stephen Eustáquio (min. 62), Ismaël Koné (min. 78), Nahuel Molina (min. 87)

A los 37 años, decidido a vencer a la biología y a la molestia en el aductor derecho que lo persiguió en gran parte de la Copa, el actual jugador del Inter Miami convirtió su primer gol en el torneo, tras desviar un disparo de Enzo Fernández que igualmente parecía tener destino de red. Fue a los seis minutos del complemento y remató un partido que Argentina ya ganaba desde los 22 del primer tiempo, cuando Julián Álvarez, el delantero del Manchester City con rostro de boy scout pero instinto asesino en el área, había marcado el 1-0.

“Con algunos jugadores, como con [Ángel] Di María, son las últimas batallas y las estamos disfrutando al máximo. Que la selección argentina esté en una final es impresionante, una locura, muy difícil, increíble, y lo estamos disfruntando”, dijo después del partido Lionel Messi, quien además destacó el contexto de “una Copa muy difícil, con selecciones muy duras, canchas difíciles y muchos viajes”.

Messi conduce por el centro del campo en el estadio MetLife, este martes.Adam Hunger (AP)

La selección de los Lioneles, Messi y Scaloni, convertida en un ministerio de felicidad para un país en eterna crisis, naturalizó lo más difícil del fútbol: ganar, ganar y seguir ganando. Campeón del mundo en Qatar 2022 y también defensor del título continental que conquistó en Brasil 2021, la Albiceleste intentará en la final del próximo domingo en Miami –la casa del 10, justamente- un récord que sólo consiguió España entre 2008 y 2012: tres títulos seguidos, dos continentales y una Copa del Mundo.

El rival de Argentina se definirá este miércoles en una atrapante semifinal en Charlotte, Carolina del Norte, entre Colombia y Uruguay, ambos hasta ahora -junto a la Albiceleste- los mejores equipos del torneo. Para Messi y sus muchachos también supondrá una exigencia desconocida en su paso por Estados Unidos: por un peculiar fixture diseñado por la Conmebol, Argentina evitó los dos grupos con los equipos más peligrosos. Una inocua Brasil, de hecho, quedó eliminada por la brava Celeste de Marcelo Bielsa.

Pero así como la Conmebol festeja que Messi y Argentina estén en la final, la FIFA deberá tomar nota para la Copa del Mundo de selecciones 2026 -y también para el Mundial de clubes 2025- que no puede repetir una de las postales ya características de esta Copa América: como en tantos otros campos de juegos emparchados entre césped natural y sintético, el estadio de Nueva Jersey –completo por 80.000 espectadores- se pareció a un arenero infantil. O a un campito en el barrio para amigos.

En cada pase, la pelota levantaba una estela de arena, ni hablar cuando los jugadores barrían el césped. Más allá de afectar al nivel de juego, lo cual no es menor para el espectáculo, también implica un peligro para la salud de los jugadores. Casualidad o no, el propio Messi se lesionó en este estadio en el segundo partido de Argentina, ante Chile.

Julián Álvarez festeja el primer gol de Argentina.Agustin Marcarian (Reuters)

Sin brillar pero con personalidad y solidez, el campeón del mundo barrió algunas -o muchas- de las dudas que había dejado ante Ecuador, cuando Emiliano Dibu Martínez debió recurrir a su especialidad en los penales. Parte del segundo o tercer pelotón mundial, Canadá -un equipo con más físico que talento- intentó incomodar a la Argentina a partir de la velocidad de algunos de sus jugadores, en especial de Alphonso Davies, del Bayern Münich, pero sólo lo consiguió en el inicio del partido.

En puntas de pie, Argentina se parece a esos cazadores que se permiten especular y jugar con sus presas. Bastó un muy buen pase de Rodrigo de Paul para que Álvarez le ganara en velocidad y viveza a Derek Cornelius, defensor del Malmo FF de Suecia, y definiera entre las piernas de Maxime Crépeau, arquero del Portland Timbers, para convertir un 1-0 que se pareció un jaque mate.

Con algunas buenas sociedades entre Messi y Ángel Di María, que anunció su retiro de la selección después de la Copa América, Argentina no necesitó su mejor versión para llevar las riendas de la noche, en especial a partir del mediocampo entre Enzo Fernández y De Paul, ambos de buen nivel. Aunque ni la Albiceleste ni Messi están cerca de lo que mostraron en Qatar 2022, esta vez al partido le sobraron 30 minutos, una superioridad poco habitual en cualquier partido de selecciones, en especial en una semifinal de Copa América, un torneo mucho más duro de lo que puede pensarse.

Al final de la noche, cuando Argentina ya estaba en otra final, los jugadores se abrazaron en mitad del campo de juego y empezaron a cantar, como si fueran simpatizantes, “El domingo cueste lo que cueste, el domingo tenemos que ganar”. A las obras completas de Messi en la selección parecen quedarle un último capítulo, o anteúltimo, si es que también se decide a jugar el Mundial 2026. Las finales vuelven a llamar al 10.

Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS América y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la región.


Más información

Archivado En