"Antes, en la bahía había muchos peces. Solíamos volver a tierra con las piraguas llenas", cuenta Isay, un pescador aún en activo a sus más de 90 años. "Cuando era pequeño, en esta zona abundaba la hierba. Últimamente las tormentas traen más arena, hay menos precipitaciones, y la hierba no es tan buena como antes", cuenta Dorjgofov Tsevelravjaa, un pastor de 62 años. (Fotografía: Jacopo Pasotti, 2017).