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Un estudio científico redefine a las Momias Chinchorro como obras de arte funerario

La investigación chilena publicada en una revista científica internacional propone que la cultura Chinchorro procesaba la muerte mediante rituales artísticos

Una investigación publicada en la revista Cambridge Archaeological Journal propone reinterpretar las momias Chinchorro -con más de 7.000 años de antigüedad- como “las obras de arte funerario más antiguas del mundo”. El estudio, encabezado por el antropólogo-físico Bernardo Arriaza, académico del Instituto de Alta Investigación de la Universidad de Tarapacá y director del Centro de Gestión Chinchorro (perteneciente a la casa de estudio), plantea que estos cuerpos momificados podrían comprenderse dentro de una “arqueología del duelo”, es decir, como un proceso social destinado a elaborar la pérdida.

Arriaza, sostiene que las prácticas mortuorias de esta cultura precolombina del norte de Chile superaban la mera preservación de los cuerpos. En su artículo, afirma que los miembros de esta sociedad costera actuaban como artesanos altamente calificados, reconstruyendo los cuerpos mediante técnicas complejas que incluían el uso de arcilla, pigmentos y fibras vegetales.

La hipótesis central del trabajo plantea que estas prácticas deben leerse desde un enfoque más humano, en el que el tratamiento del cuerpo del difunto adquiere un carácter simbólico, terapéutico y emocional. En especial, subraya el vínculo con la alta mortalidad infantil que caracterizaba a estas comunidades del desierto de Atacama.

“La arqueología del duelo y la arteterapia es una nueva forma de pensar y debatir las expresiones artísticas que encontramos en la cultura Chinchorro (...) es muy relevante tratar de profundizar en los aspectos emocionales de las antiguas poblaciones y crear modelos que nos permitan repensar la problemática Chinchorro para acercarnos a estas dimensiones sociales, emocionales, que son más difíciles de pesquisar en el registro arqueológico. Así que, de esta manera, proponiendo, debatiendo nuevas ideas, también podemos tener diferentes perspectivas y pensar y repensar el origen de estas complejas prácticas mortuorias que desarrollaron las antiguas poblaciones que habitaban el norte de Chile”, explica el investigador.

La publicación contó con el respaldo de la Universidad de Tarapacá, la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) y Dumbarton Oaks, centro de investigación vinculado a la Universidad de Harvard. El Centro de Gestión Chinchorro lidera iniciativas de conservación e investigación sobre esta cultura, cuyo sistema de momificación fue reconocido como patrimonio de la humanidad por la Unesco en 2021.