“Con el nuevo reglamento parecía que el mundo se iba a terminar”
VETERINARIA
Ana Anglada (Madrid, 1980) conoce de memoria los detalles que pide a sus clientes. “DNI, teléfono, correo electrónico…”, enumera esta veterinaria acostumbrada al manejo de información personal desde 2007, año en que abrió su negocio: AnagaVets. “Para nosotros, lo primordial es el bienestar animal”, dice. Pero no olvida que detrás de cada mascota hay una persona que requiere privacidad y seguridad sobre sus datos.
Este mimo que ha puesto en la información se comparte entre todo el gremio, dice Anglada, también vocal de la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía. En foros, conferencias y diversas reuniones la advertencia, desde hace un par de años, ha sido siempre la misma: “ojo con el RGPD”. “Estábamos muy preocupados”, explica. “Parecía que con el nuevo reglamento el mundo se iba a terminar… nuestro miedo era tener al día siguiente [de la puesta en marcha, el 26 de mayo de 2018] una sanción”, destaca.
Por suerte no fue así. Para Anglada, el mayor reto fue entender los entresijos de la normativa y la asesoría
“Lo que recomiendo es lo mismo que cuando está tu perro enfermo: hay que acudir a un experto y no buscar las respuestas con la gente del parque”
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