¿Una figura necesaria?
DELEGADO DE PROTECCIÓN DE DATOS
El Delegado de Protección de Datos o DPO (del inglés Data Protection Officer) es la persona responsable del tratamiento de la información dentro de una compañía. Su labor es cuidar, en todo momento, la aplicación del reglamento.
Contar con esta figura dentro de una organización no siempre es necesario. Los expertos de Telefónica Empresas, sin embargo, recomiendan tener un DPO (que puede ser un miembro de la compañía o también existe la posibilidad de externalizar el servicio), pues da certeza y seguridad de cara al público y facilita la relación con la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD).
Los micronegocios o pequeñas empresas, cuyo tratamiento de la información no implique la parte central de su actividad, podrán prescindir de esta figura. Por ejemplo, si el negocio envía publicidad a sus clientes una vez al año para promocionar su servicio de comida local, no es necesario un DPO. Tampoco lo requiere un médico de familia que recopila datos sobre la salud de sus pacientes.
Por el contrario, si la compañía procesa datos personales para dirigir publicidad a través de motores de búsqueda basados en el comportamiento en línea de las personas, el DPO deberá ser obligatorio. También si realiza el tratamiento de información genética y sanitaria para un hospital, por ejemplo.
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