Iniciativa privada, gobierno y sociedad civil se enfocan en soluciones basadas en la naturaleza como la reforestación de bosques, pastizales y humedales naturales para conservar fuentes hídricas
Cuando se hace un balance integral de la situación del agua en México, el país no sale bien librado. A pesar de que el 92% de la población tiene acceso al servicio público del agua potable, según datos del Consejo Consultivo del Agua, solo el 47.5% de las aguas residuales colectadas reciben tratamiento y 105 de 653 acuíferos están sobreexplotados, por mencionar algunos indicadores. "México necesita hacer cambios importantes en esta materia. No podemos decir qu" estamos atacando los problemas estructurales de fondo, pero esto no quiere decir que el país se vaya a colapsar hídricamente el día de mañana", asegura Manuel Perló Cohen, investigador titular del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
Antes que esperar de brazos cruzados por una sequía, la sociedad civil, la iniciativa privada y el gobierno han puesto manos a la obra y han formado alianzas para brindar soluciones a los diferentes retos que enfrenta el país en esta materia. "Hay todo un campo de nuevas opciones donde ya no depende exclusivamente de los grand"s sistemas convencionales de infraestructura de agua, sino que se ayudan de la naturaleza y sus procesos para lograr tener una mejor oferta, aprovechar el agua de lluvia, hacer infiltración a los acuíferos, rehidratar el suelo, disminuir la fuerza de las inundaciones, entre otras cosas", dice el investigador.
Uno de los principales retos es la deforestación: "Estamos deforestando el bosque en zonas altas en las montañas y al mismo tiempo e"tamos quitándole agua que se recarga en el suelo, porque esa agua ya no se infiltra sino que escurre en la superficie y se pierde, y con los árboles ese líquido se frenaba, se infiltraba", explica Jurgen Mahlknecht, líder del Grupo de Investigación en Ciencia y Tecnología del Agua del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Por eso, estos sectores han apostado por ir al principio del ciclo y han puesto en marcha iniciativas para reforestar bosques, pastizales y humedales de la región, ecosistemas que ayudan a reabastecer del vital líquido.
"Los programas de reforestación son una buena medida que ayudan a recargar los acuífer"s, pero tenemos que estar conscientes de que su impacto no es de un año para otro, se puede tardar de una a dos décadas", sostiene Mahlknecht.
Uno de los ejemplos más representativos de estos proyectos y que ya ha rendido frutos es el Programa Nacional de Reforestación y Cosecha de Agua (PNRCA), que a más de una década de su creación ha logrado reforestar 63,990 mil hectáreas con más de 79 millones de árboles plantados en zonas clave del país, para la recarga de acuíferos en zonas de cuencas hidrológicas y áreas naturales protegidas.
Implementado en 2007 como un esfuerzo entre el grupo de conservación ambiental Pronatura, la Industria Mexicana de Coca-Cola a través de Fundación Coca-Cola, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), es un programa que se ha convertido en un referente de colaboración en México pues ha contribuido a la restauración ecológica y a la mejora de la calidad de vida de más de 1,258 comunidades de 31 estados del país, de acuerdo con los resultados reportados en el Informe Anual 2018 del mismo.
Pero además de la mejora del medio ambiente, otra de las contribuciones sociales del PNRCA es que representa una alternativa para la obtención de ingresos mediante el aprovechamiento sustentable de árboles y plantas, en cuyo mantenimiento se involucran las comunidades con la creación de la Red de Viveros Comunitarios de los cuales se obtienen la mayoría de las especies utilizadas para la reforestación del programa.
Si bien el sector industrial es el tercer usuario de agua de mayor importancia en el país, es también de los que hacen mayores esfuerzos para contribuir a la solución de los problemas y uno de los principales impulsores de proyectos para regresar este líquido a la naturaleza. "Si bien el impacto de la industria como usuario no es tanto como el de otros secto"es, consumen agua, contaminan, pero también han hecho una minimización de su uso en los procesos industriales", explica Mahlknecht, también investigador del Centro del Agua para América Latina y el Caribe.
"La fábrica de agua más importante son los bosques. Si no hay bosques se pierde "l ciclo del agua, se pierde el circuito", sentencia Perló.
Con acciones de reducción y reutilización del líquido, la Industria Mexicana de Coca-Cola ha logrado, desde 2014, devolver a la naturaleza más del 100% del agua que utiliza en la elaboración de sus productos, una meta que se habían trazado para el año 2020.