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Indra cabalga con fuerza a lomos del gasto histórico en defensa en todo el mundo

El precio de la acción ha repuntado un 54% en los últimos 12 meses tras centrar el foco estratégico en este ámbito. En 2023 sus ventas y beneficios fueron récord

Soldados de la Fuerza de Respuesta de la OTAN, en unas maniobras de entrenamiento en Alemania.
Soldados de la Fuerza de Respuesta de la OTAN, en unas maniobras de entrenamiento en Alemania.Liesa Johannssen (REUTERS)

La tensión geopolítica global, disparada desde la invasión rusa en Ucrania y redoblada por el asalto israelí a la franja de Gaza y sus ramificaciones en la zona, han disparado a niveles récord el gasto mundial en defensa y, como consecuencia, han despertado el interés por entrar en los grandes actores de la industria. Una tendencia que llega tanto desde el ámbito público como del privado, y que en España ha tenido efectos sobre Indra.

La consolidación del Ejecutivo español como el primer accionista de la compañía, alcanzando hace un año el 28% de los títulos, no le ha restado atractivo en el mercado. Todo lo contrario. Desde que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) adquirió en 2013 el 20,1% de los títulos que tenía BFA-Bankia, el peso público en la empresa no ha dejado de crecer, como tampoco el precio de la acción de la compañía española. Aquella polémica compra, argumentada por la necesidad de preservar la estabilidad de la compañía, se hizo a un precio de 10,19 euros. Hoy, la acción supera los 18 euros y está en sus niveles más elevados desde 2007.

Una revalorización que va de la mano del aumento del gasto en defensa. La Alianza para el Tratado del Atlántico Norte (OTAN, por sus siglas en inglés) estima que el pasado ejercicio sus miembros alcanzaron una inversión histórica en este ámbito de 985.000 millones de euros, de los que el 65,5% del total correspondían a EE UU y el resto, a Europa y Canadá. A nivel global la cifra se eleva por encima de los dos billones de euros, según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos.

En el caso de Indra, esto se ha traducido en la recuperación del valor de la empresa en Bolsa, con una revalorización del 54% en los últimos doce meses y una capitalización bursátil cercana a los 3.300 millones de euros. Todo ello ha acelerado el interés de cuatro grandes grupos por ganar posiciones en la compañía y aprovechar su inercia positiva en el parqué.

Se trata de Escribano, Sapa, Fidelity y Amber Capital (el fondo británico fundado por Joseph Oughourlian, máximo accionista del grupo PRISA, editor de CincoDías y El País). Escribano entró en mayo de 2023 comprando un 3,4% y solo seis meses después elevó su participación al 8%, convirtiéndose en el segundo accionista. El grupo vasco SAPA también ha ido incrementando su peso hasta el 7,94%, seguido por el fondo Fidelity Management Research, que cuenta con un 7,88%; mientras que Amber le pisa los talones con el 7,24% de los títulos.

Más gasto, más valor

El repunte del gasto público ha tenido un efecto balsámico en las empresas proveedoras de sistemas, tecnología y armas a Europa y EE UU, que han disparado cifra de negocio y beneficios. Indra, el gran representante de la industria en España, no ha sido una excepción.

Sus ingresos crecieron casi un 13% en 2023 hasta los 4.343 millones y el beneficio lo hizo otro 15% hasta los 347 millones, ambos en niveles récord. El precio de las acciones en Bolsa, además de repuntar un 54% en los últimos doce meses, casi se ha cuadruplicado desde el inicio de la pandemia, desde los cinco hasta los 19 euros que ha rozado en las últimas semanas, y que representa su mejor cotización desde 2007. Los analistas no esconden su optimismo respecto al futuro a corto y medio plazo.

“Tanto los positivos resultados como las buenas guías para el año 2024 confirman la solidez de la compañía. Además, Indra a medio plazo se ve beneficiada del incremento del gasto en defensa de los países de la Unión Europea debido al conflicto entre Rusia y Ucrania (tras muchos años donde los presupuestos de defensa se habían visto reducidos o pospuestos). Indra, además, es la compañía española con mayor exposición a este sector, con aproximadamente un 25% del ebit (beneficio antes de impuestos y amortizaciones)”, recalcan desde el departamento de análisis de Bankinter.

Marc Murtra, presidente de Indra y José Vicente de los Mozos, consejero delegado, en la presentación de su plan estratégico.
Marc Murtra, presidente de Indra y José Vicente de los Mozos, consejero delegado, en la presentación de su plan estratégico.JUAN BARBOSA

Indra no esconde que el contexto geopolítico actual es una oportunidad para su negocio. Así lo muestra en su plan estratégico, en el que habla de una situación de “crecientes y duraderos conflictos militares”, que abren un nuevo “ciclo inversor en defensa en Europa”, con nuevos programas en los que España puede tener una participación activa, y que Indra aspira a coordinar, ya sean de tierra, mar, aire o espacio. La compañía que preside Marc Murtra prevé que este sector, unido a su apuesta aeroespacial, genere casi tres cuartas partes del ebitda en 2026. También apunta a que solo los ingresos generados en defesa crecerán un 12% hasta entonces, llegando a unas ventas de 1.100 millones, sin contar posibles adquisiciones. Estas se centrarán en este campo y en el aeroespacial, en el que Indra quiere ser muy activo en compras. Ahí aparece Hispasat, y más en concreto, Hisdesat, su filial de satélites gubernamentales, un objetivo muy apetecible en el nuevo enfoque estratégico.

Gigantes europeos

Los gigantes de la industria de la defensa de Reino Unido, Italia o Francia, también se han visto beneficiados por el repunte bélico en todo el mundo. La británica Bae Systems es la empresa que más rédito saca en su cuenta de resultados, con una facturación cercana a los 27.000 millones de euros, un 9% más que en 2022, con un beneficio que ha repuntado un 8% y ha superado los 3.000 millones de euros, una cartera de pedidos que ha engordado hasta los 10.567 millones de euros y un valor en bolsa que ha repuntado un 35%. Por su parte, la italiana Leonardo ha duplicado su capitalización bursátil y ha superado en facturación (15.291 millones de euros) a la francesa Airbus, cuyos ingresos ligados a Defensa fueron de 11.929 millones. La cartera de pedidos del gigante galo en ese último aspecto creció un 11% en los últimos doce meses, desde los 47.242 a los 52.340 millones de euros, mientras que la recuperación del valor en los mercados financieros se ha limitado al 16% en el último año. Las dos últimas, al igual que Indra, tienen a la Administración Pública en su accionariado. El Ministerio de Economía italiano posee el 30,2% de Leonardo, mientras que Airbus está participada de forma indirecta por tres gobiernos: Francia, con un 10,9% de los títulos, Alemania (10,8%) y España (4%).

En el otro lado del Atlántico, los grandes proveedores de Defensa, como Lockheed Martin, Boeing o RTX, han visto crecer su cartera de pedidos, pero ese repunte de la demanda no se ha traducido en un mayor valor en bolsa, ya que todas han visto reducida su capitalización bursátil. El 40% de las ventas y del beneficio de Lockheed Martin proceden del gasto en Defensa, con una facturación que escaló hasta los 62.208 millones de euros, superada por Boeing, que llegó a 71.620 millones, donde la partida ligada a la compra de armas y tecnología aporta el 32% de los ingresos.

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