UPTA muestra su descontento con el Gobierno en defensa de los autónomos

La Unión Profesional de Trabajadores Autónomos (UPTA) considera “insuficientes” las últimas medidas fiscales aprobadas por el Gobierno y ha pedido a la clase política “sentido de Estado” para realizar en 2023 “los cambios que sean necesarios” para ayudar al colectivo de trabajadores autónomos.

UPTA recuerda que 2022 “no ha sido un año fácil” para el colectivo. En concreto, señala que la facturación de las pequeñas actividades económicas de los sectores comerciales de bienes de consumo “ha caído entorno al 3% en comparación con el 2021, esto contrasta con los resultados del aumento de ventas y beneficios de las grandes estructuras comerciales que han elevado sus ventas en más de 17%”.

A su juicio, desde las comunidades autónomas tampoco se ha sido capaz de desarrollar planes que incentiven la transformación del trabajo autónomo. “Poco o nada se preocupan de dotar a los autónomos consolidados o a los emprendedores de acciones formativas que les permitan ser mucho más competitivos, solo quieren aumentar el número de altas”, indican desde la organización.

Fin a la brecha fiscal

A eso se le suman las últimas medidas se le suma la necesidad, dicen, de acabar con la brecha fiscal que existe entre los autónomos que liquidan sus impuestos a través del IRPF y los que liquidan las empresas en el Impuesto de Sociedades. UPTA incide en que mientras que unos tienen un tipo impositivo real del 30%, las sociedades no llegan al 17%. “Con esa fórmula societaria pueden deducirse infinidad de gastos, al contrario que un autónomo persona física”, añaden.

Para el presidente de UPTA, Eduardo Abad, el año 2023 “debe ser el año en el que forjar una economía mucho más fuerte y sostenible, el cambio hacia la ruralidad y las oportunidades de desarrollo económico son aspectos fundamentales, los tractores de la economía de los pueblos y las ciudades de las zonas menos pobladas para aprovechar con inteligencia todos los recursos naturales de forma sostenible".

Además, concluye que es necesario poner en marcha recursos europeos para una reconstrucción económica del país y conseguir que la digitalización sea un catalizador para transformar el tejido productivo.