¿NOS EXTINGUIRÍAMOS EN UN MUNDO SIN HOMBRES?
La serie ‘Y: El último hombre’, basada en el aclamado cómic homónimo, plantea una trama en la que desaparecen todos los machos mamíferos del planeta salvo el protagonista y su mono. ¿Podría seguir adelante la humanidad? Sumérgete en los interrogantes de ese escenario
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El día en que desapareció el cromosoma XY
Todo marcha bien. Hasta que un día, de golpe, los hombres convulsionan, sangran, se derrumban y mueren. Y, con ellos, todos los mamíferos con cromosoma XY –todos los machos, pero también los embriones y espermatozoides– de la Tierra. Salvo dos: Yorick Brown, un joven y abúlico aspirante a escapista cuyo único deseo es casarse con su novia Beth, y su mono capuchino Ampersand. La premisa del cómic del guionista Brian K. Vaughan y la dibujante Pia Guerra Y: El último hombre, ganador del premio Eisner en 2008, el galardón más importante de la disciplina, guía también la trama de la serie que ahora se estrena. Un retrato de un mundo en el que ellas se quedan solas para resolver un futuro que se antoja imposible; un escenario en el que Yorick se convertirá en el bien más precioso, algo que algunas querrán destruir y otras tener para sí a toda costa. En esta aventura, Yorick estará siempre escoltado por dos personajes: 355, una agente secreta del gobierno estadounidense, y la Doctora Mann, excelsa y controvertida genetista. ¿Cómo sería nuestra realidad sin hombres (ni perros, ni caballos, ni osos….?
XX MEJOR QUE XY
Sin machos, ¿hay futuro?
Entre los mamíferos, las hembras viven un 18,6% más de media que los machos. La ciencia el año pasado confirmó que ello se debía en cierta medida a tener sus cromosomas sexuales duplicados. Los errores genéticos de un cromosoma X, en las hembras, se reparan con la “copia de seguridad” del otro. Sin embargo, en los machos, cuyos cromosomas son XY, esto no sucede. De hecho, en las especies animales en las que son los machos los que viven más tiempo suele coincidir que sea él quien porte duplicado el cromosoma sexual.
*Datos del LBBE (Laboratoire de Biométrie et Biologie Évolutive, Lyon)
En 2021 murió el último macho de rinoceronte blanco del norte. Y quedan tan solo dos hembras vivas. Desde entonces, el Instituto Leibniz de investigación (Alemania) trata de salvar la especie de la extinción mediante la inseminación de óvulos con semen congelado de Sudán –que así se llamaba el fallecido–. Los embriones resultantes, esperanza última de esta subespecie de rinoceronte, se alojarán en un vientre de alquiler. Después, toca cruzar los dedos, para ver si nacen más.
Según datos de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de Ecosistemas (IPBES), patrocinada por la ONU, hay un millón de especies animales y vegetales amenazadas por la acción humana.
¿Y los seres humanos? ¿Podríamos salvarnos?
Ante la imposibilidad de recurrir a técnicas de reproducción asistida –si no quedan bancos de semen es una quimera–, si estuviéramos al borde del precipicio, la solución más probable y a la que apunta la ficción es una: la clonación. Desde que en 1997 naciera la famosa oveja Dolly, se han clonado animales de más de una veintena de especies: vacas, cerdos, perros, bueyes, gatos… Incluso se devolvió a la vida temporalmente (solo sobrevivió unos minutos) a una especie extinta, como el bucardo, un tipo de cabra montés, clonada en 2003 en España.
La clonación en humanos está prohibida en todo el mundo por razones éticas. Sin embargo, ¿sería técnicamente posible hacerlo? El proceso es igual al llevado a cabo con otras especies animales.
Así se clonaría, teóricamente, un ser humano
En 2018, el Instituto de Neurociencias de Shanghái anunció el nacimiento de dos macacos clonados: Zhong Zhong y Hua Hua. El escándalo fue mayúsculo: genéticamente, estos primates son primos hermanos de los seres humanos. Esto es lo más cerca que se ha estado de clonar a nuestra propia especie.
El experimento no tuvo ningún éxito a intentar clonar individuos a partir de células adultas. ¿En qué consistió el proceso?
Utilizaron células de un feto abortado
Crearon 149 embriones
79 sobrevivieron al proceso en el laboratorio y pudieron implantarse en úteros
4 de las madres gestantes quedaron embarazadas
De 149 embriones, solo nacieron dos: Zhong Zhong y Hua Hua
Por tanto, aunque la técnica existe ya en la realidad, el proceso de clonación es muy ineficaz. En Y: El último hombre, si el personaje de la doctora Mann tuviera realmente que salvar al mundo repoblándolo a partir de variantes de copias del protagonista, la tarea pendiente sería, cuando menos, ardua.
Un planeta en femenino
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En los guiones del cómic de Vaughan en el que se basa la serie Y: El último hombre, la catástrofe que produce la desaparición de los machos de todas las especies mamíferas se produce en el año 2002. Y, si bien el núcleo del argumento de las viñetas lo ocupan las peripecias por sobrevivir de Yorick Brown con la ayuda de la agente 355 y la doctora Mann, detrás de la aventura el autor dibuja un mundo igual de complejo, mezquino y lleno de esperanza en el porvenir que si los supervivientes hubiesen sido solo hombres. El tuétano de la condición humana y la índole ética de los individuos está, según esta historia, por encima del género.
Las cuestiones identitarias y de género serán uno de los ejes principales de la adaptación audiovisual de 'Y: El último hombre', a través de protagonistas distintos a los del cómic como Sam
Las cuestiones identitarias y de género serán uno de los ejes principales de la adaptación audiovisual de 'Y: El último hombre', a través de protagonistas distintos a los del cómic como Sam
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